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Lo señalado fue descubierto mediante un sobrevuelo llevado a cabo en un helicóptero de la Policía Nacional. Según la citada agente fiscal, la inspección se hizo en el marco de una investigación abierta sobre supuesta invasión y extracción ilegal de madera.
Según se pudo observar desde el aire, una parte de la propiedad -de unas 3.000 hectáreas- está siendo deforestada por los ocupantes, quienes serían campesinos autodenominados sintierras, según la denuncia, para arremeter contra los últimos bosques existentes dentro del inmueble. “También vimos que había lugares en donde fueron construidas precarias viviendas”, señaló el comisario Gómez.
Por su parte, la fiscala refirió: “Hicimos el sobrevuelo al solo efecto de reconocer el terreno, para que después podamos organizar cualquier trabajo. Hay denuncia por invasión de inmueble ajeno y supuesta extracción ilegal de maderas. La denuncia ya data desde abril de 2015”, refirió la fiscala Nimia Ávalos.
Refirió que no se pudo contabilizar todavía la cantidad de hectáreas deforestadas. Los supuestos invasores utilizan caminos alternativos para ingresar y extraer las maderas aserradas, ayudados por financistas que serían de la zona de Capiibary, cuyas identidades ya estarían siendo manejadas por parte de los investigadores, según se informó.
La estancia Panambí había sido invadida desde agosto del año 2012, según los registros de la Policía Nacional.
En los alrededores de las precarias casas había cultivos de vegetales para consumo propio, en pequeña cantidad. Se calcula que unos 200 campesinos posiblemente armados están en el lugar.
De acuerdo con una fuente de la investigación, las personas que estarían detrás de esto serían Agustín Monzón y un tal Belotto, de la zona de Capiibary.