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YAGUARÓN (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). El novenario en honor a San Buenaventura, patrono de esta ciudad, comenzó ayer en medio del proceso de restauración del templo, que fue erigido en su homenaje hacia 1755 y 1772, siendo cura párroco el padre Carlos Penayo de Castro.
Desde hoy, por razones de seguridad, las puertas de la iglesia se cerrarán y las misas diarias serán oficiadas a las 17:00 frente a la cruz mayor. En caso de lluvia, se llevarán a cabo en el salón multiuso de la Municipalidad.
En febrero de este año el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) inició la restauración, que debe concluir en 540 días, es decir, en 18 meses. La empresa C&C, cuyo representante legal es Joel Céspedes, está a cargo de los trabajos, que demandarán una inversión de G. 12.388 millones.
En diciembre de 2014 se realizaron los trabajos previos, como tratamiento químico contra las termitas y la desinfección del templo en forma integral.
Hoy los profesionales comenzarán a instalar los andamios para reparar el maderamen del techo, que fue dañado por termitas.
Otras intervenciones
El templo de Yaguarón soportó otras intervenciones, que también obligaron a su cierre temporal. Una de las restauraciones data de julio de 1881, que duró siete meses y que terminó el 20 de diciembre de 1882.
La escritora Baronesa Wilson destaca en un libro que en 1910 la iglesia fue objeto de mejoras en su interior. Intelectuales y artistas, acompañados del perito experto en arte colonial M. Jorge Lavand, jefe de la Sección Arquitectura del entonces Ministerio de Educación y Culto, apoyaron aquellas tareas.
Se conformó una comisión pro templo que consiguió comprar 73.000 ladrillos para la refacción. Algunas columnas de madera del interior fueron cambiadas, indica el libro. Añade que en 1922 se habrían realizado otros arreglos del templo.
“Abrazo ciudadano”
Para lograr la restauración actual se formó una comisión pro restauración del templo, encabezada por el profesor Daniel Pino. Está integrada por ciudadanos, quienes ante la falta de respuestas después de años de reclamos decidieron organizarse para ejercer presión sobre las autoridades.
En junio de 2014 hicieron un “abrazo ciudadano” y rodearon el templo para llamar la atención de las autoridades y de los responsables de las instituciones que deben proteger los patrimonios históricos nacionales. La medida tuvo el efecto deseado.