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LA COLMENA, Paraguarí (Aldo Lezcano, corresponsal). La comitiva fue recibida en la municipalidad local, donde los representantes de la Asociación Paraguayo Japonesa, de los inmigrantes –la mayoría agricultores– y autoridades comunales hablaron de los 80 años de vida de la comunidad, de los logros y situaciones que faltan mejorar para optimizar el desarrollo, especialmente del sector productivo.
El intendente Mario Melgarejo (ANR) y el presidente de la Asociación Paraguayo Japonesa de La Colmena, Nelson Negishi, se refirieron a los primeros grupos de japoneses que llegaron a la comunidad. Según los datos, La Colmena fue un área boscosa de 11.000 hectáreas, que en ese entonces pertenecía a la compañía Iriarte, en la jurisdicción de General Caballero. “Era una zona boscosa, los japoneses fueron abriendo picadas, y merced al sacrificio y la perseverancia pudieron salir adelante y dejar patentada en la comunidad la cultura del trabajo y de la honestidad”, dijo Melgarejo.
La presidenta de la comisión organizadora de los festejos, Mika Nishijima, expresó que los festejos más importantes ya programados serán: El 15 de mayo en La Colmena; 9 de setiembre acto central en la Conmebol (Luque) y el 15 de octubre en el Jockey Club de Asunción.
Durante una recorrida por las fincas de los inmigrantes, el productor Koichi Miyamoto refirió que la idea principal que tienen se centra en la industrialización de sus cosechas y que ahora hay buenas posibilidades de concreción, con la incorporación de inversionistas españoles en el proyecto.
Sin embargo, cuestionó la falta de apoyo estatal, cuyos funcionarios ponen demasiadas trabas para otorgar las documentaciones que se les requieren.
Coimas y protocolos
Miyamoto manifestó que solamente para la cedulación que solicitan se les exige un pago de hasta 5.000 dólares por ciudadano, cuando que por ley el que lo solicita por primera vez lo tiene exonerado y si es renovación solo cuesta G. 8.000.
“Hay demasiados protocolos y coimas”, relató, y dijo que en el caso del Ministerio de Industria y Comercio también pone exagerados obstáculos a las gestiones que realizan.
La visita de ayer a La Colmena se denominó “Fam Press”, que incluyó entrevistas con los primeros inmigrantes, como Tomiko viuda de Yamazaki y Junko viuda de Seki (83), quienes rememoraron lo vivido desde los primeros tiempos hasta la actualidad.
Seki, con una lucidez extraordinaria, recuerda que en los primeros años la situación no fue fácil. “Nuestros padres, después de vivir en una ciudad completa, nos trajeron a una comunidad carente de agua, luz, casa y sin recursos”, explicó.
Comentó que en 1956 conformó la Asociación de Damas Japonesas y que recién cuando tenía 50 años de edad visitó el país de sus ancestros mediante una beca lograda en su carácter de docente.
Rememoró que la pobreza obligó a que fueran a las escuelas descalzos hasta en los días de heladas y que utilizaban zapatos solamente para los desfiles y grandes eventos. Dijo que los colonos probaron diferentes rubros y que finalmente se quedaron con la producción frutihortícola.
Tomiko Yamazaki refirió que vino muy pequeña con sus padres y dos hermanos y que ya nunca volvió a su tierra natal. Recordó que pese a algunos tropiezos siempre se sintió muy tranquila y que solo sintió miedo en la revolución de 1947, cuando se produjeron persecuciones entre los mismos paraguayos. Señaló además que su padre fue un militar que inculcó que nunca se debe mentir ni robar hasta en las situaciones más difíciles.