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Mantuvieron en vilo a los responsables. SAN PEDRO DE YCUAMANDYYU (Cristino Peralta B., corresponsal). Unos 80 reclusos de la cárcel regional de esta ciudad realizaron una huelga de hambre durante 23 horas. La medida iniciada el lunes a la mañana fue levantada a las 11:00 de ayer. Fue en protesta por un cateo realizado en las celdas por personal de seguridad el domingo en horas de la noche buscando aparatos celulares.
El intendente municipal de Lima, Ing. Julio Franco, denunció haber recibido llamadas extorsivas supuestamente desde el reclusorio, lo que motivó el operativo. Los internos afirmaron que los guardiacárceles les golpearon y también cuestionaron la no participación del Ministerio Público y de la Policía Nacional. A la prensa se le prohibió el ingreso al local penitenciario.
La huelga de hambre fue levantada con la mediación de Mons. Adalberto Martínez y del gobernador José Ledesma, quienes se reunieron con el jefe de la Cárcel Regional, Walterio Martínez, y conversaron con los internos. Inicialmente, los reclusos exigieron el cambio del director de la penitenciaría, finalmente cedieron y dieron por terminada la medida, pero con el compromiso de Martínez de que a partir de ahora todos los cateos se realizarán con la participación de fiscales y policías.
Mons. Martínez, a la salida del reclusorio, dijo que efectivamente existen algunos contusos y otros con heridas leves. Expresó que los internos manifestaron a las autoridades que el personal de seguridad actuó en estado etílico y de manera brutal.
Por su parte, el gobernador de San Pedro, José Ledesma (PLRA), también admitió que observó que algunos reclusos presentaban signos de violencia, pero añadió que es difícil corroborar si los guardias actuaron o no en estado etílico. Brindó asistencia médica a los internos con los funcionarios de la Secretaría de Salud de la Gobernación.
Para el director de la penitenciaría no existió ninguna anormalidad en el procedimiento del domingo. Destacó que fue algo rutinario al recibir una denuncia. "Además aquí si uno es flojo se expone a muchas cosas", aseguró.
En otro momento, el funcionario destacó que la cárcel regional es un peligro constante y no quieren pasar por dolorosas experiencias anteriores en que fueron tomados de rehén para la fuga de internos.
"Es deficitario el número de personal de seguridad y corremos permanente riesgo", subrayó.
El intendente municipal de Lima, Ing. Julio Franco, denunció haber recibido llamadas extorsivas supuestamente desde el reclusorio, lo que motivó el operativo. Los internos afirmaron que los guardiacárceles les golpearon y también cuestionaron la no participación del Ministerio Público y de la Policía Nacional. A la prensa se le prohibió el ingreso al local penitenciario.
La huelga de hambre fue levantada con la mediación de Mons. Adalberto Martínez y del gobernador José Ledesma, quienes se reunieron con el jefe de la Cárcel Regional, Walterio Martínez, y conversaron con los internos. Inicialmente, los reclusos exigieron el cambio del director de la penitenciaría, finalmente cedieron y dieron por terminada la medida, pero con el compromiso de Martínez de que a partir de ahora todos los cateos se realizarán con la participación de fiscales y policías.
Mons. Martínez, a la salida del reclusorio, dijo que efectivamente existen algunos contusos y otros con heridas leves. Expresó que los internos manifestaron a las autoridades que el personal de seguridad actuó en estado etílico y de manera brutal.
Por su parte, el gobernador de San Pedro, José Ledesma (PLRA), también admitió que observó que algunos reclusos presentaban signos de violencia, pero añadió que es difícil corroborar si los guardias actuaron o no en estado etílico. Brindó asistencia médica a los internos con los funcionarios de la Secretaría de Salud de la Gobernación.
Para el director de la penitenciaría no existió ninguna anormalidad en el procedimiento del domingo. Destacó que fue algo rutinario al recibir una denuncia. "Además aquí si uno es flojo se expone a muchas cosas", aseguró.
En otro momento, el funcionario destacó que la cárcel regional es un peligro constante y no quieren pasar por dolorosas experiencias anteriores en que fueron tomados de rehén para la fuga de internos.
"Es deficitario el número de personal de seguridad y corremos permanente riesgo", subrayó.