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ENCARNACIÓN (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). Alrededor de 80 jóvenes ingresan anualmente a la escuela-taller donde se desarrollan cinco diferentes especialidades. Estas son operación básica de cocina; cocina; servicio de atención de mesas; preparación de habitaciones y áreas comunes, y electricidad domiciliaria.
Cada una de las especialidades tiene un año de duración, con excepción de cocina, que lleva dos años, divididos en operación básica de cocina y taller de cocina. En el primero es para desempeño como asistente y en el segundo corresponde a un nivel más elevado de conocimientos, como preparar platos diversos.
La escuela funciona en lo que fue el salón de teatro de la desaparecida Radio Encarnación, que fue acondicionado para el efecto.
La directora de la escuela-taller, Liliana Laupischler, explicó que el interesando debe tener el ciclo básico aprobado y estar en condiciones vulnerables, es decir, no tener capacidad para estudiar por medios propios una carrera o un oficio. Cada estudiante recibe una beca de G. 250.000 para su pasaje en transporte público desde sus respectivos barrios.
El curso es totalmente gratuito y reciben desayuno preparado por los estudiantes de cocina, mencionó.
El certificado de estudios que recibe tiene validez internacional. Parte de la formación es realizar pasantías laborales en hoteles restaurantes y, por lo general, son contratados para temporadas de vacaciones.
El taller de electricidad también tiene gran demanda. La única mujer en el grupo de estudiantes es Leila Pamela Benítez, quien se mostró entusiasmada con la especialidad que eligió.
El convenio de cooperación entre la Municipalidad y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) se inició en 2015 y se prolonga hasta el 2020. Responsables de la escuela taller, profesores y estudiantes esperan que se renueve el convenio para que continúe el servicio a los jóvenes en situación de vulnerabilidad.