Canastas navideñas de karanda’y convertidas en hermosos recuerdos

LIMPIO. (Cirilo Ibarra, corresponsal). Canastas de todos los tamaños fabricadas artísticamente de karanda’y, especial para regalar por las fiestas de fin de año, se ofertan en esta comunidad ubicada a tan solo 25 kilómetros de Asunción, al noreste. Los artesanos lamentan la baja en las ventas, pero tienen esperanzas en que las cosas mejoren.

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La señora Maura Vda. de Aranda, con más de medio siglo dedicada a la artesanía del karanda’y, recuerda que una década atrás, a esta altura del año, no podían atender todos los pedidos por los tradicionales bolsos utilizados como canastas de Navidad. Comentó que en los tiempos de esplendor en esta tarea, ella con su familia vendían fácilmente 3.000 cestos, "pero este año no tengo aún ni un pedido", enfatizó.
También mencionó que, en este primer lustro del nuevo milenio, el decaimiento en la venta llega fácilmente al 50%. Sin embargo, sigue trabajando con el mismo entusiasmo y sin perder la esperanza, tal vez poniendo en vigencia aquello de que "si lloras porque perdiste el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas".

Dijo que en los mercados de Limpio, Luque y Asunción, están sus patrones, "a quienes aguardamos para que vengan a llevar algo, o a cualquiera que tenga interés en nuestras producciones, porque tenemos en existencia cualquier cantidad y no solamente nosotros, sino todos los que trabajamos en esto en la zona", recalcó.


Siguió relatando que, antiguamente, las grandes empresas solicitaban entre 300 y 500 canastas, "pero parece que hoy utilizan bolsos de plástico para realizar los tradicionales obsequios a sus empleados", dijo. Sin embargo, hasta parece que esa gentileza de fin de año en muchas empresas ha disminuido bastante o directamente ha pasado de moda.

Doña Maura Vda. de Aranda es pobladora de la compañía Isla Aranda de Limpio, que junto a Aguapey son las dos comunidades más tradicionales en la tarea de trabajar el karanda’y. Ella trabaja con su hija Irma Elena de Trigo, su nuera Carmen Cuevas y su nieto Luis Eduardo, de tan solo 16 años, "pero es el verdadero jefe en este trabajo", sostuvo doña Maura.

Igualmente comentó que, en la vecindad, son centenares las familias que viven de esto y que esperan esta época del año para "hacer su agosto, pero creo que esta vez nos quedaremos con las ganas; espero que no", manifestó. Pero doña Maura tiene alternativas, recursos para sobrevivir, porque paralelamente trabaja en su tambo, "que por lo menos me da leche diariamente", subrayó.


HABILIDAD, PRECISION

En la cotidiana tarea de estos artesanos, se observa una gran creatividad, pero intervienen por sobre todas las cosas la habilidad, la precisión en las manos; en este caso para la fabricación de las canastas, los bolsos playeros, sombreros y las famosas pantallas. Los más profesionales pueden terminar hasta 8 canastas por día, mientras que quienes se dedican a los sombreros terminan una docena fácilmente en una jornada.

Estos trabajos de artesanía, que tuvieron origen allá por mediado del siglo XVIII, no pueden ser desplazados aún, pese al extraordinario avance tecnológico y la revolución industrial. Los métodos implementados y las materias primas utilizadas son los elementos que confieren mayor valor a la obra, incluido lógicamente el toque artístico. En este caso del karanda’y, uno de los oficios tradicionales del Paraguay es con el que se identifica gran parte de la población limpeña, que alguna vez llevó el sobrenombre de "capital del karanda’y".

DOÑA AURORA, TODO UN EJEMPLO DE TRABAJO

La señora Aurora Garcete, ganadora de varios diplomas por sus trabajos artesanales y protagonista de diversas exposiciones, en distintos puntos del país, hoy se encuentra postrada en cama. Padece una delicada enfermedad (leucemia), pero no es impedimento para seguir trabajando.
‘‘Dicen que el trabajo es salud, entonces, deben trabajar los enfermos’’, dijo y se rió, en una clara demostración de que, a pesar de su situación, no pierde el sentido de humor y menos de seguir en la artesanía, que tanto le gusta, la apasiona.
Encontramos a doña Aurora en su habitación, acostada, pero en plena tarea en la confección de un sombrero. ‘‘Es lo que sé hacer y ahora que tengo tiempo, porque debo reposar, puedo dedicarme a full’’, dijo. Recordó que ella a esta altura se dedica más a la fabricación de bolsos playeros. ‘‘Creo que en los últimos tiempos ya he terminado como 60 docenas’’, agregó.
También habló de su comienzo en esta profesión, resaltando que heredó de su mamá, doña Lidia de Garcete, quien con sus 64 años se sigue dedicando a esta tarea. Hoy la señora Aurora Garcete también se dedica a enseñar, y aclara que le encanta hacerlo. ‘‘Me gusta que se acerquen a mí los interesados en aprender’’, significó. Sin duda, es de las que creen que entre los tesoros, el más valioso es el conocimiento, porque no se puede robar, vender, ni destruir, ‘‘solo transmitir o compartir’’, sostuvo.

DETALLES DE LAS TAREAS

- La materias primas se consiguen solamente en el Chaco.
- Lo costoso es ir hasta allá, cortar y traer pagando flete.
- Precio de las canastas oscila entre 3.500 y 4.000 guaraníes.
- Lugares de mayor distribución, los mercados.
- Los bolsos playeros se venden a partir de G. 6.000.-
- Sombreros tienen precios variados, desde G. 7.000.-
- Las pantallas cuestan 800 guaraníes.

OBS. Los precios de referencia son para mayoristas.
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