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El percance ocurrió ayer a las 7:30, en el barrio Fátima de esta comunidad. La unidad de transporte en cuestión tuvo una avería en el sistema de freno y su conductor se vio obligado a realizar un giro brusco a fin de evitar una tragedia, por lo cual volcó, según se explicó.
Al menos diez pasajeros estaban dentro del transporte cuando se produjo el vuelco del trasporte público. Una vez más se evidenció la precariedad con la que recorren la localidad los ómnibus, así como ocurre en casi todo el país.
El vehículo de dicha empresa, con chapa AFR 199, coche N° 05, era guiado por Antonio Martínez Garcete, de 46 años, quien estuvo transitando sobre la calle Teniente 1° Guillermo Arias, con dirección a la avenida Caracará y antes de pasar una lomada se habría percatado de que los frenos del automotor no funcionaban.
Seguidamente, el chofer tuvo que realizar un giro a la derecha, en la primera cuadra que encontró para evitar colisionar, y fue en ese momento que se produjo el vuelco.
Entre los heridos, la Policía registró a Adriana Mabel Barrios Paiva, de 22 años, Cynthia Teresa Cabrera Leguizamón, de 25 años y Delosantos Silva Acevedo, de 44 años, quienes fueron llevados a centros asistenciales.
Luego del accidente, se pudo constatar que el fluido de freno del ómnibus volcado estaba derramándose y se presume que dicha pérdida causó que se perdiera la presión necesaria para que funcione el sistema.
También se pudo observar que la mayoría de los neumáticos del vehículo estaban muy desgastados, lo que representaba otro peligro grave para los usuarios de dicha unidad de transporte público, sin que hasta el momento reaccionen las autoridades correspondientes para tratar de solucionar el grave problema.
Además, el ómnibus de la empresa Acaray utilizaba vidrios “comunes”, es decir, no eran inastillables, en total contravención a las normas de seguridad.