“Aumento de violencia debe interpelarnos”

El obispo de Concepción, Mons. Miguel Ángel Cabello, señaló que el aumento de la violencia que tiene como protagonistas a jóvenes en nuestro país nos pide una interpelación colectiva sobre las causas. Dijo que esos ciudadanos son agredidos constantemente con mentiras, corrupción, pobreza y otros.

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CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Mons. Miguel Ángel Cabello presidió ayer la misa de las 07:00, en el cuarto día del novenario en honor de la Virgen de los Milagros de Caacupé. Manifestó que la ciudadanía debe preguntarse por qué hay tantos motochorros, jóvenes violentos, tantos robos, asaltos, secuestros.

Refirió que los jóvenes que son agredidos constantemente con mentiras, deshonestidades, corrupción, ideologías, pobreza e inseguridad, que los deja muchas veces débiles, incapacitados o anulados. Estas situaciones hacen que, desesperados, busquen refugio en las drogas y otros vicios, en la delincuencia e incluso algunos cometen suicidio, advirtió.

Además, agregó, se les expone a propagandas e incitaciones agresivas para el consumo de bebidas con alcohol, placeres de todo tipo, juegos, vicios, así como al uso desmedido de las nuevas tecnologías, como internet o celulares.

Monseñor Cabello también expresó que a muchos de aquel segmento de la población les aqueja la pobreza, injusticias, desigualdades, falta de una casa digna, de una familia completa o unida, de oportunidades de estudio, capacitación y trabajo digno.

Otro daño no menor son los malos ejemplos o antitestimonios desalentadores de los mayores, de las autoridades, de las personas en quienes se depositó confianza y defraudaron por deshonestidad y corrupción, dijo.

El obispo indicó que esos hechos embisten a los jóvenes y los derriban, arrastran y matan. No encuentran sentido a la vida, caen en la tentación de la venganza, la impotencia ante los males, en arranques de ira y desenfreno.

Finalmente, exhortó a los jóvenes a no claudicar ante las dificultades de la vida, los ataques y desafíos. “Reaccionen con valentía ante las tormentas y corrientes peligrosas que les agreden diariamente. No permitan que nadie les robe el presente y el futuro, sean protagonistas en la construcción de una Iglesia renovada y de una nueva sociedad”, sugirió.

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