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FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Los indígenas, que ya habían colectado una buena cantidad de los lagartos, comentaron que cada sábado viene un macatero de Asunción para comprar las pieles de estos animales.
“Se trata de un tráfico ilegal y es poco probable que los cueros estén dirigidos al mercado interno, porque en Paraguay no se venden productos que son fabricados de cuero de teju, por lo menos no en grandes cantidades”, opinaron los Vinke.
Indicaron que es más lógico que las pieles sean para la exportación en el mercado negro.
Anteriormente había un contrabando de pieles hacia Argentina, en la región del río Pilcomayo, pero por la crisis económica y pérdida del valor del peso argentino el tráfico hacia el vecino país es menos interesante. Por eso, ahora las pieles son traslados del Chaco a Asunción, donde entran en el mercado internacional de cualquiera manera”, indicaron.
Señalaron que es época de apareamiento del teju pytã (Salvator rufescens) y se usa esta temporada para la cacería ilegal.
Aseguraron que las pieles pequeñas también se pueden usar, por ejemplo para pulseras de relojes y los jóvenes indígenas comentaron que el macatero “no es muy exigente”, igualmente compra pieles pequeñas.
Los Vinke señalaron que están en contra de legalizar la comercialización de las pieles, porque el país carece sobre todo de infraestructura, para implementar el uso sostenible de los recursos naturales, que dependen completamente del cumplimiento de las regulaciones, como por ejemplo la definición de áreas de cacería y de áreas de conservación, épocas de cacería y vedas.