Los creativos artesanos de Altos han procurado conseguir que la comuna local les ceda un espacio para exponer en forma gratuita la producción artesanal de la ciudad. Sin embargo, las sucesivas autoridades hasta hoy día no han demostrado interés en estudiar el proyecto. Inclusive, por la participación de las ferias que se realizan durante la fiesta patronal, en agosto, se les exige el pago de un canon.
El "local de exposición permanente" constituye todo un desperdicio, ya que solo llega a habilitarse en la semana de las fiestas patronales, el resto del año se mantiene desolado.
Sin embargo, a pesar de las innumerables dificultades y por sobre todo, el desinterés de las autoridades, quienes deberían promover y estimular la preservación de esta identidad del pueblo alteño, los ingeniosos artesanos luchan por mantenerla.
Coloridos y atractivos papagayos, loros y tucanes; seres mitológicos como el pombero o karai pyhare (señor de la noche), el kurupi y el luisô. Así también ramos de flores, girasoles, manequíes, yacarés, elefantes y máscaras con llamativos rasgos son moldeados y pintados con paciencia y destreza por los artesanos utilizando el timbó morotî y pintura sintética. José Escobar adorna con sus figuras esculpidas la vera de la vía que conduce al centro de Altos, en la zona conocida como desvío Yvu, donde tiene un pequeño rancho que ocupa con su esposa y sus tres hijos menores. El artesano con su esposa Nilda Zorrilla y su hijo José Gabriel con apenas 12 años, procuran el sustento diario dándoles vida a su imaginación.
Toda la semana se esmeraron para hacer los mejores ramos de flores que pidieron las alumnitas de una escuela local para regalárselas a sus respectivas mamás por el Día de la Madre.
Escobar comenta que los extranjeros son los que más adquieren los productos. Los precios dependen del tamaño de las figuras y van desde G. 3.000 hasta 250.000 guaraníes.