Cargando...
MAURICIO JOSÉ TROCHE, Guairá (Carlos Ávalos, corresponsal). Poco más de 50 alumnos del colegio Mariscal Francisco Solano López, el único de la compañía Itacurubí de esta ciudad, a duras penas desarrollan sus actividades de aprendizaje en los pasillos de la dirección y bajo un antiguo y precario galpón del patio de la institución. Dos de las tres únicas aulas con que cuentan están en peligro de derrumbe.
La institución funciona desde el primero hasta el tercer curso de la media en el turno tarde.
Andrea Araújo, estudiante del primer curso de la media, lamentó las condiciones en que dan clases. No tienen la más mínima comodidad y eso hace difícil la concentración y aprendizaje de las materias que desarrollan, sin mencionar el mal estado de las sillas con pupitres y las pizarras que utilizan.
La alumna instó a las autoridades a interesarse en la educación de los niños y jóvenes. Lamentó que recién después de dos años de sufrimiento se interesaran en reparar las dos aulas.
Además de las tres aulas, el colegio tiene una sala donde funcionan la dirección y la biblioteca. Dos de las aulas están inutilizadas por presentar enormes grietas en las paredes y deterioro en el techo.
Sin respuesta
La directora de la institución, profesora Blanca González, dijo que en varias ocasiones solicitó al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) la provisión de aulas móviles para paliar la situación, pero no recibió respuesta favorable.
Comentó que el colegio tampoco cuenta con cercado perimetral, por lo que constantemente el predio es invadido por animales vacunos. En días de mucha lluvia el lugar se inunda debido a que se encuentra en una zona baja, explicó.
Después de años de reclamos, finalmente la Municipalidad local, administrada por Andresa Benítez (PDC), destinará poco más de G. 100 millones del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) a la refacción de las aulas en malas condiciones y a la construcción de un baño.