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El 21 de enero de 2013 El Farol SA, cuyos accionistas son Adelaida Cañete y Hans Staseek, y la empresa Empo Ltda. & Asociados, representada por Enrique Ortuoste, firmaron un contrato privado en el cual se reparten la “exclusividad” de territorios para la disposición final de la basura. El documento se refrendó a espalda del Estado, en medio de un enfrentamiento de ambas empresas por el dominio del negocio.
En el convenio, El Farol SA declara y manifiesta que no autorizará el ingreso a su vertedero de ningún tipo de residuos sólidos domiciliarios que provengan de la ciudad de Asunción, a excepción de los correspondientes a servicios especiales, como ser contenedores, residuos industriales y otros.
El depósito de desperdicios funciona en un predio de 500 hectáreas arrendado del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) en Remansito (Villa Hayes) por la irrisoria suma de G. 100 millones anuales.
En contrapartida, Empo Ltda. & Asociados declara y manifiesta que no autorizará el ingreso a su relleno sanitario (Cateura) de Asunción, de ningún tipo de residuos sólidos que provengan de los departamentos Central y Presidente Hayes, a excepción de los desechos urbanos que remita El Farol. A su vez, esta se compromete a enviar un mínimo de 10 vehículos diarios de desechos, los cuales servirán para el sustento de los segregadores (gancheros) del área metropolitana.
El 22 de agosto último, Ortuoste, en comunicación con nuestro diario, señaló que fue obligado por “altos funcionarios de la Secretaría del Ambiente (Seam) a firmar el convenio privado en ese entonces. Sin embargo, no quiso revelar nombres.
La rúbrica del acuerdo con El Farol fue la condición para que la Seam renovara la licencia ambiental del vertedero Cateura, que Empo explota desde el 19 de agosto de 2005.
Empo debía clausurar ese sitio y habilitar un depósito de desechos en otro lugar, en un radio menor a 30 kilómetros de Asunción, pero la “mudanza” nunca se concretó porque fue judicializado por El Farol.
“No cumplió”
Adelaida Cañete, durante una visita realizada a nuestra redacción central el lunes último, reconoció que El Farol SA firmó el documento con Empo, pero, en todo momento aseguró que se trató de un acuerdo “comercial” entre las dos empresas y evitó entrar en detalles al respecto.
Aseguró que el documento se firmó por iniciativa de Empo Lda. & Asociados. “El acuerdo es bien claro y ellos vinieron a nosotros”, dijo.
Al ser consultada sobre la distribución de territorio entre las dos empresas y la exclusividad que tenían para la disposición final, dijo que nadie estaba obligado a llevar los residuos a su vertedero. “La empresa está abierta para todos; es llevar, pesar y entrar. Si no quiere llevar, no lleva”, aseguró.
Al preguntársele por qué El Farol inició una demanda por incumplimiento de contrato contra Empo si no existe una “obligación”, aseguró que el representante de la contraparte, Ortuoste, no cumplió el acuerdo comercial, mientras ella sí cumplió, indicó.
Explicó debían hacer una inversión conjunta, específicamente en la construcción de un relleno sanitario en la propiedad de 200 hectáreas que Empo tiene en Remansito. “Nosotros acordamos hacer una inversión conjunta (en las 200 hectáreas), pero ellos, sin avisarnos, empezaron la construcción”, dijo.
Al consultársele si no considera que se trata de un condicionamiento para que Empo invierta en su propio terreno, indicó que Ortuoste es el que se acercó con la propuesta: “El pedido vino de ellos. Nosotros nunca vinimos, ellos vinieron”.
Agregó que Empo se acercó para proponer una obra en sociedad cuando El Farol inició conversaciones con otros inversionistas para la venta de El Farol SA. “Ellos se acercaron. En el acuerdo se menciona que ambas empresas tenían varios juicios mutuos, y al final que vamos a invertir juntos ahí (haciendo referencia al predio de 200 hectáreas de Empo). Era un acuerdo comercial: yo te doy este y hacemos un acuerdo. Así nomás es”, explicó.
Al contrario de la versión de Ortuoste, Cañete expresó que nadie les obligó a firmar el convenio. “Nadie puede obligar a nadie. Acá es que Ortuoste nunca cumplió. No cumplió en este, nunca cumplió nada”, enfatizó.
Cañete agregó que cuando iniciaron las demandas judiciales entre las empresas, ella se reunió con Ortuoste, pero que desde el inicio del encuentro él se burlaba.
“No respeta mujeres, no respeta investiduras, no respeta nada. Yo solo sé trabajar”, manifestó.
Le consultamos por qué no se cumplió la cláusula octava del contrato privado, que estipula que si se presentan inconvenientes las partes deben recurrir primeramente a un Tribunal de Arbitraje –antes de llegar a las instancias judiciales– respondió: “Eso se hará luego”. Al reformularse la pregunta, contestó que prefería dejar que después su abogado explique sobre los procedimientos y facilite una copia del expediente.
Por último, Cañete señaló que la construcción y habilitación de un vertedero en el predio de Empo en Villa Hayes depende de que Ortuoste cumpla el contrato o “pague” por los acuerdos. Pero, al parecer, se olvidó de que ahora existen ordenanzas municipales –que según nuestras fuentes fueron creadas por influencia de su firma– y disposiciones judiciales que impiden concretar la obra.