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El arroyo Cañada del Carmen es uno de los recursos hídricos más importantes de la ciudad de Mariano Roque Alonso. En los últimos años viene sufriendo una contaminación impune con desechos de frigoríficos, mataderos y otras industrias instaladas en la cercanía de su cauce.
El tono del agua varía de negro, gris a rojo que aparentemente es resto de sangre. Muchas veces también presenta espumas y expide olores nauseabundos perjudiciales para la salud.
Esa es la imagen del recurso hídrico, especialmente en los barrios Arecayá, Universo, El Mirador y la urbanización Surubi’i.
En los alrededores de estos vecindarios están instalados el Frigorífico Concepción (representada por Jair Antonio de Lima) y el matadero El Ciñuelo (Ana Nidia de Moreno).
Las quejas por la polución del arroyo son innumerables, pero los escasos controles y la falta de acciones efectivas del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), a cargo del Ariel Oviedo, permiten que la contaminación siga impune.
Los funcionarios de la Dirección de Fiscalización del Mades, Cristian Ayala y Hugo Benítez, luego de un recorrido realizado el 26 de abril último por la zona, emitieron un informe en el cual afirmaron que no constataron olor alguno y tampoco vertido de desechos al cauce hídrico. Este hecho aumentó la indignación de los pobladores porque el insoportable hedor se percibe varios metros a la redonda del curso de agua.
El bochorno obligó al ministro del Ambiente, Ariel Oviedo, a ordenar un sumario contra los dos fiscalizadores, así como la realización de una nueva intervención en el arroyo.
La otra comitiva de funcionarios del Mades llegó a la zona el verificó la zona el 2 de mayo y realizó toma de muestras del agua. El equipo constató irregularidades y envió un reporte a la Dirección de Asesoría Jurídica del Mades que debe dictaminar al respeto.
Planta precaria encima de cauce
Los vecinos del matadero El Ciñuelo denunciaron que la firma utiliza de forma impune el arroyo Cañada del Carmen para eliminar sus desechos, aprovechando que cruza por la propiedad. También construyó una supuesta planta de tratamiento en forma de piletas precarias encima del curso hídrico, desde donde arrojan los desperdicios directamente al arroyo desde hace años, afirmaron.