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El director de Biodiversidad del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), licenciado Darío Mandelburger, realizó una reflexión sobre la condición actual del medioambiente a nivel global, atendiendo que hoy se recuerda el Día Mundial de la Tierra. Indicó que la degradación del planeta con consecuencias como el cambio climático innegablemente está relacionada con la actividad humana.
Climas muy fríos, muy calurosos, exceso de lluvias y sequías atípicas, deshielo, inundaciones y los grandes incendios forestales forman parte de ese cambio climático, explicó.
En el tiempo de la pandemia por el coronavirus, es notorio el efecto positivo del descanso de la acción humana, la actividad productiva, del paro en gran medida de las industrias. Según la NASA el tamaño del agujero de la capa de ozono se redujo considerablemente.
El impacto positivo de ese paro de la actividad humana es notorio a nivel mundial y nos da una señal clara de la necesidad planificar y ordenar la producción por zonas para controlar el grado de explotación de nuestros recursos naturales. Es un déficit a nivel mundial y hasta el gigante de América del Sur, Brasil, tiene ese problema, indicó el licenciado Malderburger.
El hecho de que los arroyos de Asunción y de distritos del departamento Central presenten aguas cristalinas es signo del impacto positivo de ese descanso, de ese paro de la actividad humana, principalmente industrial, dijo.
Explicó, no obstante, que los residuos quedan en el fondo de las fuentes de agua. En ese sentido, comparó la situación con el jugo en polvo cuyas partículas quedan en el fondo del recipiente y al mover se mezcla con el agua y toma un tono más oscuro.
El aire tiene menos carga contaminante al disminuir la emisión de gases invernaderos de las industrias y de vehículos, señaló.
Resaltó también que el paro permitió que las aves se muevan libremente y esparzan semillas, que permite el brote de diversas especies de árboles.
El funcionario indicó que para mantener esa calidad y continuar esa recuperación del medioambiente, que se inició naturalmente con la disminución de la acción humana, tras la pandemia será necesario replantear aspectos que hacen a la vida, principalmente lo relacionado a los procesos de producción.
En nuestro país y en lo que respecta a la recuperación y protección del lago Ypacaraí y otras fuentes hídricas, el licenciado Mandelburger indicó que existen leyes que deben ser aplicadas con mayor firmeza para mitigar el impacto de actividades productivas y la forma de vida de la población, dijo.
En ese caso, dijo, las municipalidades tienen una responsabilidad directa, ya que son las instituciones que deben regular en base a las normativas las actividades dentro de las ciudades, como la instalación de industrias, áreas residenciales y otras. Es necesario zonificar estas actividades acorde a las normativas.
El Mades, como institución, también debe hacer su parte, con la aplicación de las leyes ambientales, como la Ley 716/96 “Que sanciona delitos contra el medioambiente” y la 294/93 de “Evaluación de Impacto Ambiental”, entre otras 20 leyes, decretos reglamentarios y convenios internacionales, mencionó el director de Biodiversidad de la secretaría del Estado.
El Gobierno debe considerar la necesidad de aumentar el presupuesto para el Mades porque la institución necesita más recursos para enfrentar ese desafío de conseguir que continúe ese efecto coronavirus en el medioambiente en nuestro país, concluyó.