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El ingeniero Fariña dijo que se trata de un fenómeno cíclico, que se repite cada década, aunque cada vez en forma más pronunciada. Esto ocurre principalmente porque el agua que se libera por los humedales del río Salado aumentó considerablemente en los últimos años y el caudal de los afluentes disminuyó por efecto de la sequía y la colmatación de los arroyos de la cuenca que desembocan al lago, expresó.
Añadió que para disminuir el escurrimiento del agua fue colocada una cadena que sube y baja de acuerdo a necesidad en la cuenca del Salado, con el objetivo de retener los camalotes y con ello el índice del caudal. Sin embargo, cazadores y pescadores furtivos sacan o levantan esa cadena y perjudican el proceso.
El técnico mencionó que existe una urgente necesidad de realizar una limpieza de los humedales del Yukyry y analizar seriamente la posibilidad de llevar a cabo un dragado, tanto del lago como de los cauces de la cuenca que se encuentran llenos de sedimentos.