Reclamar a la Argentina por mayor territorio inundado en Yacyretá

En el emprendimiento binacional de Yacyretá, inicialmente se estimó que la superficie inundable por el lago de la represa sería del 20% en territorio argentino y 80% en el lado paraguayo. Actualmente, según todo parece indicar, se inundó una extensión mayor que esa cantidad, sin recibir nuestro país un céntimo en compensación. De comprobarse esta presunción, la binacional estaría sustrayendo territorio al Paraguay y apropiándose indebidamente de los beneficios económicos que la inundación de ese espacio traduce en términos de producción de energía eléctrica. En consecuencia, lo que actualmente tenemos como tarea urgente y fundamental es impulsar el estudio que recalcule el área de territorio nacional realmente anegada por las aguas de Yacyretá. Este es un eslabón más de la cadena de expoliaciones a que Argentina sometió al Paraguay en el emprendimiento binacional y cuyo resarcimiento el gobierno del presidente Cartes debe reclamar, como corresponde en derecho.

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En el emprendimiento binacional de Yacyretá, inicialmente se estimó que la superficie inundable por el lago de la represa sería del 20% en territorio argentino y 80% en el lado paraguayo. Actualmente, según todo parece indicar, se inundó una extensión mayor que esa cantidad, sin recibir nuestro país un céntimo en compensación.

De comprobarse esta presunción, la binacional estaría sustrayendo territorio al Paraguay y apropiándose indebidamente de los beneficios económicos que la inundación de ese espacio traduce en términos de producción de energía eléctrica.

En virtud del Anexo B, confirmado después en notas reversales suscritas a fines de los años setenta, se estableció que la superficie de territorio paraguayo a ser inundada no debía superar los 815 kilómetros cuadrados, para lo cual debían realizarse, a costa de la entidad binacional, obras de contención para el avance de las aguas sobre el territorio más bajo, que era el paraguayo, además de compensaciones especiales en metálico para cubrir el valor económico del suelo perdido bajo las aguas.

Desde ese momento, entre la astucia de los técnicos argentinos, la negligencia de los paraguayos y la venalidad de los asesores y expertos contratados, comenzaron a realizarse nuevos cálculos de superficie inundada, que pasaron a dar, invariablemente, cifras desfavorables para el Paraguay. Pero hacia 1989 se reafirmó que la extensión de territorio paraguayo a ser ocupado por las aguas de Yacyretá, a cota 83 del embalse, no superaría la superficie máxima establecida en el tratado.

Lo que los técnicos argentinos hicieron en el nuevo cálculo –tarea de la que, sugestivamente, no participaron representantes paraguayos– fue simplemente eliminar del estudio algunas áreas inundadas, de suerte que los números resultantes se ajustaran a lo que necesitaban, es decir, que la cobertura no superara los 815 kilómetros cuadrados de territorio paraguayo.

Ante la fuerte sospecha de que los argentinos habían falseado los datos para que la EBY no tuviera que pagarnos las compensaciones debidas por territorio inundado, en 2003 se propuso realizar un nuevo cálculo, esta vez basado en tecnología actualísima que daría, con precisión muy superior a la que se tuvo hasta entonces, el dato de a cuánto alcanzaba, en realidad, lo que Paraguay estaba aportando a la empresa hidroeléctrica en términos de áreas inundadas.

Formulada esta propuesta bajo el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, no pudo llevarse a cabo por la reticencia oficial argentina, que empleó el pretexto de la falta de recursos presupuestarios, para un estudio que no costaba mucho dinero. De modo que las cosas continuaron como estaban. Cuando finalmente la revisión del cálculo pudo realizarse, en el año 2009, surgió lo que se sospechaba, que las aguas del embalse superaban holgadamente los 815 kilómetros cuadrados, en un porcentaje del 13,5%. Este porcentaje marca exactamente el monto de lo que los argentinos de la binacional Yacyretá están dejando de pagarnos desde que el embalse llegó a su cota 83, la máxima prevista.

Pero aquí no acaban los perjuicios para nuestro país. También nuestros socios de Yacyretá exigieron y consiguieron que la cota fuera elevada a 83,5 para que pudieran obtener mayor cantidad de energía eléctrica, necesidad que alegaban padecer por el motivo de sus apremios internos de consumo energético. Obviamente, a mayor cota, mayor territorio paraguayo inundado y mayores perjuicios a localidades, municipios y personas particulares, ninguno de los cuales puede ser indemnizado simplemente porque tales inundaciones no se hacen figurar en los estudios oficiales de la entidad.

¿Qué hicimos los paraguayos al respecto? Nada. Desde el primer momento, todos estos actos de evidente negligencia o de complicidad hacen suponer que en la Entidad Binacional Yacyretá tuvieron asiento representantes paraguayos deshonestos, mentirosos y desleales para con su patria y sus conciudadanos. Pero no solamente allí, sino también en el Gobierno central, en el Poder Ejecutivo, en el Congreso, en la Cancillería, en el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, organismos donde esta información y las denuncias correspondientes debieron haber sido recibidas y conocidas.

Lo que actualmente tenemos como tarea urgente y fundamental es, pues, impulsar el estudio que recalcule el área de territorio nacional realmente anegada por las aguas de Yacyretá, datos que arrojarán lo que los argentinos de la represa, en connivencia con sus pares paraguayos cómplices, estuvieron tratando de ocultar: cuánto es realmente lo que la entidad binacional dejó de pagarnos en concepto de compensación por área inundada, es decir, de cuánto dinero nos despojó, el que, obviamente, tendrá que reponer con sus intereses y accesorios.

Este es un eslabón más de la cadena de expoliaciones a que Argentina sometió al Paraguay en el emprendimiento binacional, y cuyo resarcimiento el gobierno del presidente Horacio Cartes también debe reclamar, como corresponde en derecho.

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