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El escándalo del diputado Jatar “Oso” Fernández (tránsfuga de Cruzada Nacional, hoy cartista), a esta altura ya tiene ribetes mucho más escandalosos que los aparentes motivos morales por los que el cartismo expulsó de su bancada al senador Javier “Chaqueñito” Vera. Los condimentos del parlamentario no son morales o éticos sino que tienen graves connotaciones legales por las cuales nadie pareciera inmutarse o ruborizarse, ni movido ningún resorte público. O de hecho, se movieron, pero a su favor, y de esto pueden hablar cómodamente al menos dos instituciones públicas como la ANDE y la DNIT, dos oficinas que han sido serviles y complacientes con el impresentable parlamentario.
Los cuestionamientos contra “Oso” Fernández se abren en abanico como una maloliente cloaca: ha sido denunciado por dos supuestas invasiones de propiedades ajenas, por usar sus influencias para recibir inapropiadamente servicios de la ANDE –por los cuales ni habría pagado, según se sabe ahora–, y para ocultar su categoría tributaria a la DNIT evitando registrarse como contribuyente de IRP. El ya frondoso legajo –o “prontuario”– incluye en este momento que en mayo de este año se descubrió el polémico comisionamiento de un exagente de la Senad que fue a parar en la Cámara de Diputados, supuestamente a pedido del parlamentario que –llamativamente– no toca ningún pito en la comisión antinarcotráficos. Tras asumir que fue él quien llevó a esa Cámara al polémico agente denunciado en relación con supuestas filtraciones por el caso A Ultranza, Jatar desapareció con un parte médico por 15 días para evitar, convenientemente, dar alguna explicación.
A estas alturas poco es lo que se sabe de los –al parecer– importantes fondos de dinero que mueve, ya que desde agosto del año pasado se ha ocultado como contribuyente del Impuesto a la Renta Personal (IRP) ante la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT). Su situación quedó al descubierto solamente porque los medios de nuestro grupo empezaron a hurgar y hallaron los registros. Se desconoce también la trazabilidad de los fondos para sendas construcciones en la propiedad presuntamente invadida en Ayolas, o cómo hizo para acceder a embarcaciones y nuevos medios de transporte que ostenta últimamente. Se desconoce el origen del dinero para mantener las propiedades, pagar personal de manutención de ellas y se suma la utilización de funcionarios pagados por el Congreso que le han prestado servicios domésticos inclusive en la propiedad de Ayolas: hasta para “limpiar la cagada de sus perros” según denunció el funcionario contratado en octubre del año pasado por la Cámara de Diputados, Hugo Rolón.
A estas alturas, se desconoce también de dónde saldrán los fondos que tendrá que pagar a la ANDE que, al verse descubierta, tuvo que optar por sincerar una conexión absolutamente irregular realizada al parlamentario y reclama unos 14.000.000 de guaraníes por trabajos realizados ya en marzo de este año, donde se convirtió en el único y privilegiado habitante de esa zona en tener luz de la empresa estatal con su propio transformador de 100 kVA y postes de alumbrado público.
Pareciera que todo este deslumbramiento por pasearse por el filo de la ilegalidad y la indecencia le ha dado el coraje para celebrar tanta impunidad y la nueva vida que al parecer le da el haberse calzado el manto de cartista; es así como se prepara para una celebración imponente, la de su cumpleaños, el cumpleaños de “la leyenda”, como le gusta llamarse a sí mismo. La monumental farra se hará en la última propiedad presuntamente invadida a la que bautizó “La Guarida del General”, en aparente homenaje al fallecido dictador Alfredo Stroessner. A la festichola han sido invitados casi todos los parlamentarios y, si no hay inclemencias climáticas u orden superior, debe ser realizada en la víspera de la llegada de la primavera en la cuestionada propiedad de Ayolas, donde alcanzó a terminar una residencia con amplios ventanales al río, muelle para embarcaciones y está terminando también de amurallar todo el amplio perímetro que resguardará la casa principal y la segunda residencia construida.
Jatar ya tiene en su haber dos aparentes invasiones en apenas un año de parlamentario. La primera, denunciada hace más de un año en Villeta que incluye una propiedad familiar con embotelladora de agua incluida, a la cual, según quienes reclaman la pertenencia, el diputado llegó, cercó y tomó posesión sin que hasta ahora los propietarios puedan ingresar al sitio donde habría una inversión de más de 1.200 millones de guaraníes. La segunda ocurrió el 3 de febrero de este año, con idéntica modalidad pero esta vuelta en las codiciadas tierras de Ayolas, a orillas del Paraná, donde tomó posesión del equivalente a una manzana de propiedad en compañía de invasores que fueron todos con el rostro cubierto… acompañando a un parlamentario que hizo ostentación de poder y matonería según lo muestran videos.
¿Qué clase de poder es el que tiene Jatar? O mejor dicho, ¿cuál es el poder que se esconde detrás de Jatar Fernández, quien ha logrado acomodarse de humilde vendedor de asaditos en un portentoso parlamentario que va atropellando la ley en provecho propio sin ningún temor a que lo sacuda la justicia?
Este es un listado primario de varias de las supuestas tropelías que estaría cometiendo el diputado Jatar “Oso” Fernández y que tiene a las instituciones totalmente ciegas, sin intervenir: abuso de poder para obtener beneficios personales ilegítimos, utilización de tráfico de influencias en provecho propio, privilegios desde el poder para su propio bienestar, uso indebido del cargo para obtener servicios públicos excepcionales, invasión de propiedades que no le pertenecen y una opacidad sin límites en el manejo de sus asuntos financieros. Las sospechas son todas investigables de oficio por unidades que luchan contra delitos económicos, pero que permanecen impávidas hasta el momento, dando la espalda a sospechas de enriquecimiento ilícito, posible corrupción, usurpación de tierras y hasta la posibilidad de lavado de dinero. Pues bien, este es uno de los “jueces” que integran la “comisión garrote” que, según todas las apariencias, se encargará de juzgar a personas e instituciones molestas para el poder de turno.
El diputado cartista Jatar “Oso” Fernández es hoy por hoy una muestra acabada de sospechas de acciones que parecieran no solamente un desprecio absoluto hacia los principios éticos que deberían guiar a un servidor público, sino también posibles violaciones de diversas leyes que buscan prevenir el abuso de poder, la corrupción y el lavado de dinero. Así como van las cosas, más que “guarida”, se podría estar hablando con bastante propiedad de que estamos en presencia de un gran aguantadero.