Perjudicial estímulo de Santiago Peña a campañas electorales prematuras

El último 13 de julio, el presidente Santiago Peña informó en Villarrica a dirigentes colorados que “ya estamos en campaña... (y) vamos a teñir de rojo a la República del Paraguay” en los comicios municipales de 2026. Como si estuviera muy urgido por el calendario, fue más lejos en una “jornada de Gobierno” realizada en Pilar el último 23 de agosto: aseguró al auditorio que verá “a un ñeembuqueño sentado en el Palacio de López en 2028″, aludiendo a todas luces al vicepresidente de la República, Pedro Alliana. Resulta claramente prematuro que cuatro años antes de su relevo haya lanzado de hecho una solapada campaña electoral que no solo distraerá la atención de gobernantes y gobernados, sino que también causará desde ya la distracción de recursos humanos y materiales del Estado de cara a los comicios internos. 

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El último 13 de julio, el presidente Santiago Peña informó en Villarrica a dirigentes colorados que “ya estamos en campaña... (y) vamos a teñir de rojo a la República del Paraguay” en los comicios municipales de 2026. Como si estuviera muy urgido por el calendario, fue más lejos en una “jornada de Gobierno” realizada en Pilar el último 23 de agosto: aseguró al auditorio que verá “a un ñeembuqueño sentado en el Palacio de López en 2028″, aludiendo a todas luces al vicepresidente de la República, Pedro Alliana.

Desde ya, reconforta saber que al menos no promoverá una enmienda constitucional para ser reelecto, como lo pretendió su líder, el expresidente Horacio Cartes, a costa de una vida joven. Empero, resulta a todas luces prematuro que cuatro años antes de su relevo haya lanzado de hecho una solapada campaña electoral que no solo distraerá la atención de gobernantes y gobernados, sino que también causará desde ya la distracción de recursos humanos y materiales del Estado de cara a los comicios internos. Nada importa que el Código Electoral diga que en ellos la propaganda no podrá exceder los treinta días, pues la que se realiza de boca en boca ya se habrá iniciado al menos a nivel dirigencial porque, entre otras cosas, hay que apresurarse a contratar “operadores políticos” profesionales, antes de que lo hagan los eventuales adversarios.

De la señal de partida dada por Santiago Peña ya habrán tomado nota otros correligionarios suyos que también aspiran a sucederlo y los alineamientos ya empezarán a perfilarse en el Congreso, en las Gobernaciones y en las Juntas Departamentales y Municipales, empeorando sus respectivos desempeños: nadie ignora que el “internismo” vernáculo es de hecho más intenso que el “externismo”, lo que resulta comprensible porque los partidos son más bien conglomerados de facciones, sin mucho contenido programático. Lo decisivo, por de pronto, será retener el cargo electivo ocupado o aspirar a uno de mayor jerarquía.

Ni corto ni perezoso, así como el “presidente de todos los paraguayos” se atrevió a anunciar que el ñeembuqueño será el próximo jefe de Estado, el senador Silvio Ovelar (ANR, cartista) por su parte vaticinó que “la batalla 2028 va a ser Alliana versus (Arnoldo) Wiens”, apoyado este por Mario Abdo Benítez. Por cierto, el senador “Trato apu’a” no escondió a su vez su deseo de postularse para presidir la ANR, toda vez que quien aparece como el nuevo “único líder” no tenga la intención de continuar en el cargo. Como se ve, ya estamos viviendo un proselitismo “a full”.

En efecto, el exintendente de Villa Elisa y hoy gobernador del departamento Central, el liberal Ricardo Estigarribia, ya da también muestras de que en 2028 quiere llegar a gobernar el país, al igual que Miguel Prieto (Yo creo), el intendente de Ciudad del Este, que hace un par de días ratificó tal intención revelada con anterioridad.

A este paso, y ante las afirmaciones del propio Presidente de la República, no debería sorprender que en breve surjan más precandidaturas presidenciales y que las campañas en ciernes se desplieguen sin mayores disimulos, contribuyendo a que los graves problemas nacionales pasen a segundo plano, ubicando al personalismo en primer lugar. Las ideas serán lo de menos, pero no así el dinero: habrá que invertir bastante durante casi ¡cuatro años! y no solo para llegar al Palacio de López, lo que podría obligar a omitir averiguaciones sobre el origen de los aportes, que podría incluir el narcotráfico, el contrabando y el lavado de dinero.

En fin, la Patria puede esperar. Lo más importante es llegar a los cargos que, entre otras cosas permitirán asegurar el futuro de los “nepobabies”, de las “nepoesposas” y de los punteros que ayudaron a los que ya estaban a atornillarse a sus sillones, y a los nuevos, muchos de los cuales seguramente conseguirán padrinos con billeteras de dudoso origen, a pugnar con tanta anticipación para alcanzar los codiciados cargos electivos mantenidos con el sudor de Juan Pueblo.

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