Permisionarios del Mercado 4 quieren que todo siga igual

El Mercado N° 4 de Asunción ha sido y es una copiosa fuente de ingresos ilícitos, un vasto muestrario de la ocupación irregular de espacios públicos y un peligro constante para la vida y la propiedad de las personas. Se suceden los responsables de hacer cumplir las normativas vigentes, pero pasan los años y el desorden se agrava. Tras el último gran incendio, en noviembre pasado, fue nombrado nuevo director de mercados el señor Juan Villalba, quien anunció de inmediato varias medidas plausibles a tomar. Ya llegará el momento de evaluar si los objetivos han sido alcanzados pero, por de pronto, los “permisionarios” quieren que todo siga igual.

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El Mercado Municipal N° 4 de Asunción ha sido y es una copiosa fuente de ingresos ilícitos, un vasto muestrario de la ocupación irregular de espacios públicos y un peligro constante para la vida y la propiedad de las personas. Se suceden los responsables de hacer cumplir las normativas vigentes, pero pasan los años y el desorden se agrava, como si la desidia y la corrupción fueran males incurables. El último gran incendio, derivado de las conexiones clandestinas a la red eléctrica, provocó el 9 de noviembre pasado el nombramiento de Juan Villalba como nuevo director general del Mercado Nº 4 y de los mercados zonales. El mismo anunció de inmediato que pediría al intendente una autonomía plena para conceder permisos, que se haría una exhaustiva auditoría, que habría un sistema perimetral de prevención de incendios, que el cuerpo de bomberos de la Policía Nacional tendría un sitio para instalar un cuartel, que serían despejadas las calles y veredas irregularmente ocupadas y que las “cajas paralelas” serían eliminadas.

Ya llegará el momento de evaluar si tan plausibles objetivos han sido alcanzados pero, por de pronto, los “permisionarios” quieren que todo siga igual, tanto que tras las primeras medidas cerraron el tránsito y exigieron la destitución del director, hospitalizado este más adelante tras sufrir una brutal golpiza en la que intervino el aparente líder de los prepotentes, Leonardo Ojeda. Entre las medidas repudiadas figuran las multas a quienes ocupan calles y veredas en forma indebida, las exigencias de que los “permisionarios” estén al día con el canon, que los comercios tengan un sistema de prevención de incendios, y la expulsión de quienes no están autorizados a hacer uso de un espacio público. El jefe de gabinete de la Municipalidad, Federico Mora, informó que los desalojos continuarán, pese a las protestas, porque se trata de un “tema de seguridad”; en efecto, aparte de que las leyes y las ordenanzas deben ser respetadas para que el tránsito sea libre, urge asegurar el rápido ingreso de los vehículos del cuerpo de bomberos y despejar el acceso a las bocas de incendio. Hace pocos días, el fuego nuevamente afectó a unos cuatro locales, pero felizmente no pasó a mayores. Pero estos potenciales peligros parecen no preocupar a los permisionarios.

Nadie ignora que, tal como están las cosas, el Mercado N° 4 es una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier momento, con más fuerza que nunca. Al respecto, el director general señaló extraoficialmente que más de la mitad de las conexiones eléctricas del lugar, muchas de ellas clandestinas, están en “pésimo estado”; los trabajos de regularización realizados con la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), que concluirán dentro de unas tres semanas, no tendrían precedentes, pues “no hubo voluntad de las anteriores autoridades” municipales. Puede pensarse que esta negligencia fue estimulada por el soborno, que también sirve para eludir el pago del canon o instalarse en cualquier lugar. No será fácil desmontar la “caja paralela”, siempre abierta para los sinvergüenzas de uno y otro lado del mostrador, dado que la trama de complicidades de larga data está bien arraigada. Pero la ley y la moral exigen intentarlo decididamente, con perseverancia.

En palabras del jefe de Gabinete de la Municipalidad, “se viene de un escenario de décadas, que se crea con una anuencia de las administraciones” y hasta con la participación de concejales, cabría agregar. Valga como ejemplo la auditoría del ejercicio fiscal 2007-febrero 2008, en la que la Contraloría General de la República detectó que “existe un alto riesgo de ocurrencia de irregularidades y desvíos en la administración del Mercado N° 4 (...) debido a que la Municipalidad no ha implementado un sistema de control interno permanente (...) que garantice la exactitud de las recaudaciones y la transparencia en las operaciones” (las negritas son nuestras); el informe da multimillonarias cifras de “valores entregados a los cobradores, cuyo destino no fue justificado”, y de ingresos no registrados, así como de una diferencia entre el promedio mínimo estimado de ingresos a cobrar de los permisionarios y las planillas de los cobradores del mercado. Si la Contraloría realizara hoy un examen similar, probablemente hallaría las mismas “irregularidades” y los mismos “desvíos”, solo que las sumas malversadas serían mucho mayores.

El intendente Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista) ignoró un informe recibido de la Contraloría en mayo de 2020, según el cual esa institución había observado, entre otras cosas, bocas hidrantes obstaculizadas por muebles de permisionarios y una “falta de ordenamiento y una planificación adecuada” para la ubicación de las casetas, violándose así la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental. El documento fue ignorado y en noviembre de 2021 hubo un nuevo siniestro. Ahora se espera que el desentendido de entonces establezca un “sistema de control permanente” y apoye al director general en sus aparentes esfuerzos por limpiar la casa de tanta inmundicia. Ojalá, en fin, que las medidas tomadas no se abandonen y que se vayan ampliando hasta lograr los objetivos fijados, sin limitarse a los golpes de efecto que suelen darse al empezar una gestión, para luego volver a la rutina de siempre, signada por la corrupción, la indolencia y la ineptitud. A este paso, el Mercado 4 continúa siendo una bomba de tiempo, lo que, a todas luces, no preocupa a los permisionarios.

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