Cargando...
La directora administrativa del Ministerio de Salud Pública, Rita Villalba, dijo que solo quedan fondos para el covid hasta julio y que pedirían una ampliación de 180 millones de dólares, algo que, de concretarse, implicaría un incremento de casi el 70% del presupuesto asignado a Salud para enfrentar la pandemia en 2021. Contradictoriamente, dos días antes el ministro Julio Borba había señalado que quedaba dinero para cuatro meses, lo que, a su vez, se contrapone a declaraciones anteriores del ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, quien hace tan solo dos meses aseguró que no se avizoraban problemas presupuestarios para este fin. Probablemente hay consenso en que no se deberían retacear recursos en las actuales circunstancias, pero si todos los días se reporta en los hospitales que faltan insumos básicos, si no hay vacunas, si no hay testeos masivos, después de un salto del 30% del endeudamiento público en apenas un año y una triplicación del déficit fiscal, ¿cómo y en qué se gastó la plata?
A principios de la crisis sanitaria el año pasado, cuando se aprobó la ley de emergencia, el entonces ministro Julio Mazzoleni prometió que se reportaría detalladamente el uso de “cada guaraní” y que la información estaría permanentemente disponible y actualizada para la ciudadanía. Eso jamás ha ocurrido. Solo han dado a conocer grandes números en amplias categorías, en forma fragmentada y a través de diversas fuentes, por lo general con bastante retraso, lo que no sirve para discernir si hubo una utilización honesta, racional y oportuna del dinero de los contribuyentes, y mucho menos para despejar las grandes dudas que genera el hecho de que falten recursos después de un esfuerzo fiscal sin precedentes para que las autoridades tengan a su disposición todas las herramientas necesarias para asistir a la población.
El Ministerio de Salud Pública tiene para 2021 un presupuesto de 7,6 billones de guaraníes, más de 1.100 millones de dólares, de los cuales 270 millones están destinados específicamente al covid, eso sin considerar el pago del personal. La última información sobre el presupuesto que figura en el portal del Ministerio es de octubre de 2020, cuando se analizaba en la Comisión Bicameral. Conforme al “plan de rendición de cuentas a la ciudadanía” (resolución 104), hay un “informe parcial” enero-marzo en el que no consta ni una sola cifra.
El dato oficial más actualizado, más allá de declaraciones generales y esporádicas en la prensa, es el de la ejecución presupuestaria de la Administración Central del primer cuatrimestre, en el sitio del Ministerio de Hacienda, donde se indica que, al 30 de abril, el Ministerio de Salud ejecutó 1 billón 700.000 millones de guaraníes, el 22% de su presupuesto anual, de los cuales 1,1 billón (el 65%) fueron para servicios personales y 600.000 millones (88 millones de dólares) para todo el resto, incluyendo insumos, movilidad, construcciones, mantenimiento, etc.
En cuanto a los fondos de la ley de emergencia, también se conocen solo los grandes números, sin mayores discriminaciones y con más preguntas que respuestas. De un total de 10,2 billones de guaraníes, solo el 26,9% se destinó a Salud. El 20,05% fue para “protección social”, el 16,74% para mipymes, el 14,98% para “reactivación económica” (?), el 14,57% para “funcionamiento del Estado” (léase, para pagar los sueldos a los funcionarios), el 5,56% para subsidios a servicios públicos, el 1,06% a Gobernaciones, el 0,34% a ollas populares, y el 0,3% a otros. A Salud se le destinaron de esa ley 320 millones de dólares, de los que, al 9 de junio, se habían “avanzado” 288 millones, por lo que todavía le deberían restar más de 30 millones de dólares no ejecutados.
Una de muchas dudas que persisten con esta rendición de cuentas del Ministerio de Hacienda tiene que ver con el monto total de 10,2 billones de guaraníes, que equivalen a 1.500 millones de dólares al cambio actual, cuando allí mismo se indica que se incluyen 1.600 millones de dólares del artículo 33 de la ley 6524 (de emergencia sanitaria) y 390 millones de dólares del artículo 35. No queda claro qué pasó con la diferencia.
Como sea, si después de todo este esfuerzo que recae sobre las espaldas de la ciudadanía, porque el Estado no tiene otra fuente de financiamiento que no sean los contribuyentes actuales y futuros, hoy tuviéramos hospitales modelo, bien equipados, vacunas para todos y testeos masivos que permitan identificar mejor a los portadores del virus, todo el sacrificio habría valido la pena. Pero resulta que no solamente no hay nada de eso, que solo se pagó un 20% de las vacunas que se requerirán este año, que la deuda pública ya supera el 35% del PIB, que se tardarán años y buena administración para recuperar un relativo equilibrio macroeconómico, sino que ahora nos dicen que no les alcanza el dinero.
Con más de 10.000 muertos, es evidente que luchar contra el covid sigue siendo la principal prioridad nacional. Si se necesitan más recursos, de algún lado hay que obtenerlos. Pero primero el Gobierno debe informar pormenorizadamente qué ha hecho con “cada guaraní” y asumir las responsabilidades que le corresponden.