Incertidumbre por falta de vacunas y de información

Se dijo que llegarían al menos 250.000 dosis de vacunas anticovid en la segunda quincena de abril, pero los días pasan y, por ahora, no hay ni vacunas ni explicaciones. Paraguay sigue siendo el país con menor porcentaje de población vacunada en toda Sudamérica después de Venezuela, algo que, por muchos justificativos que intenten alegar, es de directa responsabilidad del Gobierno de Mario Abdo Benítez, que tiene la obligación de rendirle cuentas a la ciudadanía por esta situación. Si lo que se anuncia para este mes y el próximo se materializa, todavía hay esperanzas de que se pueda cumplir la meta de vacunación este año. Sin embargo, este nuevo retraso genera mucha incertidumbre sobre la capacidad de gestión de las autoridades responsables, lo que se agrava por la escasa información dada al público al amparo de incomprensibles y sospechosos pactos de confidencialidad.

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Se dijo que llegarían al menos 250.000 dosis de vacunas anticovid en la segunda quincena de abril, pero los días pasan y, por ahora, no hay ni vacunas ni explicaciones. Paraguay sigue siendo el país con menor porcentaje de población vacunada en toda Sudamérica después de Venezuela, algo que, por muchos justificativos que intenten alegar, es de directa responsabilidad del Gobierno de Mario Abdo Benítez, que tiene la obligación de rendirle cuentas a la ciudadanía por esta situación.

Supuestamente antes de fin de mes tienen que arribar 100.000 dosis de la india Covaxin, correspondientes a una donación promocional del laboratorio Bharat Biotech, y 134.000 de la Oxford/AstraZeneca correspondientes a una partida del mecanismo Covax, a través del fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud, además de un número no precisado de la Sputnik V, adquiridas a través del Fondo Ruso de Inversiones.

Sobre las Covaxin, el asesor presidencial en asuntos internacionales, Federico González, ambiguamente señaló que estarían partiendo “en unos días”, y no fue claro sobre si se llegará o no a concretar la anunciada compra de 2 millones de dosis y si las restricciones impuestas por el Gobierno indio a la exportación de estos biológicos para priorizar la vacunación de su gigantesca población afectarían o no a Paraguay. En cuanto a Covax, que se había comprometido a proveer 4.300.000 dosis en 2021 y hasta el momento solo envió 36.000, ni noticias, como ya nos tiene tristemente acostumbrados.

Más importante aun es lo que se espera para mayo, cuando presuntamente tiene que llegar el primer paquete realmente importante como para iniciar una verdadera campaña de vacunación, con alrededor de

1 millón de dosis, compuestas por un lote de 500.000 de las que se tendrían que comprar a la India, 400.000 de la estadounidense Moderna donadas por Qatar y otro “puchito” de 100.000 que prometió enviar Covax.

Si lo de este mes y el próximo se materializa, todavía hay esperanzas de que se pueda cumplir la meta de vacunación este año, ya que con ello se podría alcanzar cerca de un tercio del objetivo en el primer semestre, mientras que en el segundo es probable que mejore la disponibilidad en el mercado internacional debido al avance de la inmunización en los países desarrollados y el advenimiento de más variedades que están actualmente en fases avanzadas de prueba. Sin embargo, este nuevo retraso genera mucha incertidumbre sobre la capacidad de gestión de las autoridades responsables, lo que se agrava por la escasa información dada al público al amparo de incomprensibles y sospechosos pactos de confidencialidad.

Como no informan, solo queda conjeturar, y lo que parece es que el Gobierno se está ocupando demasiado en tratar de conseguir donaciones cuando Paraguay no las necesita. Ni somos un país indigente ni estamos en condiciones de escatimar recursos cuando no solamente hay récords de contagios y fallecimientos, sino que el país lleva más de 400 días de restricciones ininterrumpidas, con un altísimo costo económico y social.

Lo que la gente quiere ver es que el Gobierno esté cerrando contratos con grandes proveedores, cueste lo que cueste, sin tantas vueltas y demoras. Obviamente que no es sencillo, pero los hechos demuestran que la administración de Mario Abdo Benítez está sumamente rezagada en comparación con la de los países de la región. De acuerdo con el portal “One World Data” de la Universidad de Oxford, sitio de referencia a nivel mundial en la materia, al 18 de abril en Paraguay habían recibido al menos una dosis de vacuna anticovid apenas 75.687 personas, una cifra similar a la de Guyana, país con menos de 800.000 habitantes.

El país sudamericano que más vacunó en términos porcentuales es Chile, que ya llegó al 40% de su población con al menos una dosis, seguido por Uruguay con el 31%, Argentina y Brasil con el 12%, Guyana, Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador y, muy por debajo, Paraguay, con poco más del 1%, solo superando por escaso margen a Venezuela.

Mientras al Paraguay hasta hoy solo han llegado efectivamente 183.000 dosis, correspondientes mayormente a donaciones, al cuarto mes del año en Brasil ya se aplicaron 25 millones, en Chile 8 millones, en Argentina 5,5 millones, en Colombia 2,6 millones, en Uruguay más de un millón, en Bolivia 400.000. Evidentemente, no hay pretextos que valgan.

Paraguay es un país relativamente pequeño, con una población estimada de 7.350.000, de los cuales casi 3 millones son menores de 18 años, para quienes las vacunas anticovid no están indicadas. La meta oficial es llegar este año a entre el 30 y el 50 por ciento del total, lo que abarcaría a la mayor parte de la población adulta, para lo cual se necesitarían entre 5 y 7 millones de dosis (son dos dosis por persona). Aunque estamos lejos todavía de ello, no se trata de un número inalcanzable, pero depende mucho de la diligencia y la gestión del Gobierno. Por el bien de todos, ojalá lo logre. Pero si no lo hace, algo que sería tremendo para el país, Mario Abdo Benítez tendrá que aceptar su fracaso y asumir las consecuencias.

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