Primer golpe del amigo de “Marito”

El Gobierno paraguayo firmó con el del Brasil un acuerdo por el que nuestro país renuncia voluntariamente a su derecho a contratar hasta la mitad de la energía eléctrica generada por Itaipú, desde ahora y hasta el 2023, con la misma irrisoria compensación de por medio, al menos para el Paraguay, pero lamentablemente sin que la opinión pública sepa qué réditos tuvieron los negociadores. Claudicación inaudita de soberanía que ata de pies y manos a nuestro país en cuanto a la concreción de iniciativas tendientes a la comercialización del excedente de energía eléctrica del que allí dispone. En desacuerdo con la firma de este acuerdo bilateral, presentó renuncia el titular de la ANDE, ingeniero Pedro Ferreira, designándose en su reemplazo un viejo conocido, el ingeniero Alcides Jiménez, exdirector de Yacyretá en la época en que se firmaron las lesivas notas reversales de 1992. Este acuerdo fue perpetrado con premeditación y alevosía, en secreto, a espaldas del pueblo, pero, a juzgar cómo viene actuando, la ciudadanía no va a permitir ser burlada pasivamente.

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Dos inquietantes noticias han salido a la luz pública con relación a Itaipú. La primera consiste en la firma de un acuerdo del Gobierno paraguayo con el del Brasil por el que nuestro país renuncia voluntariamente a su derecho a contratar hasta la mitad de la energía eléctrica generada por la usina hidroeléctrica binacional, desde ahora y hasta el 2023, con la misma irrisoria compensación de por medio, al menos para el Paraguay, pero lamentablemente sin que la opinión pública sepa qué réditos tuvieron los negociadores. Claudicación inaudita de soberanía que ata de pies y manos a nuestro país en cuanto a la concreción de iniciativas tendientes a la comercialización del excedente de energía eléctrica del que allí dispone, consumiéndola internamente o vendiéndola al mejor postor en los países interesados. La otra noticia preocupante es la renuncia del ingeniero Pedro Ferreira como presidente de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) por desacuerdo con la firma del Acta Bilateral con el Brasil, negociado en secreto a sus espaldas, y la concomitante designación en su reemplazo de un viejo conocido en el área de las entidades binacionales, el ingeniero Alcides Jiménez. Este ya ocupó el cargo de director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) en ocasión de la firma por el gobierno del general Andrés Rodríguez de las lesivas notas reversales de enero de 1992 y que en tal carácter las avaló, aunque de boca para afuera y mediante una carta haya manifestado posteriormente que no estuvo de acuerdo con ellas. Lo cierto es que, si realmente no hubiera estado de acuerdo, hubiera renunciado ipso facto a su cargo, como lo hizo dignamente el ingeniero Pedro Ferreira en esta ocasión.

Retrotraída a la memoria colectiva del pueblo paraguayo la antipatriótica foja de gestión del nuevo presidente de la ANDE, retomamos el hilo de la peor noticia: el Acta Bilateral convenida en secreto por el embajador paraguayo Hugo Saguier Caballero y su par brasileño, Pedro Miguel da Costa e Silva, sin la participación del renunciante presidente de la ANDE, lo que motivó su renuncia indeclinable.

Con referencia a este insólito acuerdo convenido por el Gobierno del presidente Mario Abdo Benítez con el Brasil, el ingeniero Nelson Cristaldo –un conocido especialista en la materia– señaló: “El Brasil quiere cerrar toda posibilidad de que la ANDE o la Conebi (Comercializadora Nacional de Entes Binacionales) puedan vender los bloques de electricidad antes del 2023”. En el final, no pudo contener su frustración y se desahogó exclamando: “Queda claro que seguimos teniendo representantes vendepatrias en el Gobierno, y he aquí que ya en pleno año 2019 hemos perdido las negociaciones del 2023 ¡Es una vergüenza!”.

No todo está perdido, sin embargo. Al menos mientras la ciudadanía mantenga el brazo en alto, presta a no permitir que el presidente “Marito” –como también ahora le llama su colega brasileño Jair Bolsonaro, lo que le emociona a nuestro jefe de Estado– incurra en el delito de lesa patria, como presuntamente lo hizo su antecesor en el cargo, aun cuando esta es la segunda vez que traiciona la confianza pública en su gestión de gobierno con relación a la salvaguarda de los intereses nacionales en juego en las usinas hidroeléctricas binacionales. La primera fue la convalidación del desastroso Acuerdo Cartes-Macri, violando su promesa electoral de que no lo haría. Ahora, de nuevo ha incumplido la promesa formulada al pueblo en el sentido de que personalmente va a dirigir la negociación para la revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú, asumiendo que la mitad de la usina binacional es propiedad del Estado paraguayo, como le recomendó el prestigioso economista norteamericano Jeffrey Sachs.

Esta segunda estafa intelectual a la confianza del pueblo es más grave que la anterior, porque, a diferencia de la primera, fue enteramente urdida por él y sus adláteres, sin otro a quien culpar y a sabiendas de lo que la ciudadanía quiere y exige para el finiquito de la expoliación colonialista a que Brasil ha venido sometiendo a nuestro país por casi medio siglo en la usina hidroenergética binacional.

La primera traición del presidente Abdo Benítez a la credibilidad ciudadana fue pasada por alto por la ciudadanía por ser una responsabilidad compartida con su antecesor. Pero esta última no ha de quedar impune, habida cuenta de que ha sido perpetrada con premeditación y alevosía, en secreto, a espaldas del pueblo, como pactó el dictador Alfredo Stroessner el leonino Tratado de Itaipú. Pero ahora, en libertad, la ciudadanía no va a permitir ser burlada pasivamente. Horacio Cartes, con su febril afán de reelección, fue impedido de salirse con la suya, no por la Justicia –sometida a los políticos–, sino por el Pueblo indignado que se alzó con gran firmeza cívica en la noche del 31 de marzo de 2016, con un ciudadano mártir de por medio, y la quema del edificio del Congreso como daño colateral del enfado de la población.

Hasta ahora la ciudadanía se mantenía en una discreta expectativa acerca de las verdaderas intenciones del presidente Abdo Benítez con relación a Itaipú, aunque ya crecientemente intrigada por su llamativo mutismo, como también el del canciller Luis Castiglioni al respecto, pese al afán de diferentes gremios y estamentos de la sociedad civil que vienen esbozando iniciativas para cooperar con el Gobierno en aras de una exitosa negociación en Itaipú.

Lamentablemente, este baldazo de agua fría arrojado a la cara de la ciudadanía por fuerza irá a despertarla del letargo de su defraudada confianza en un presidente de la República mentiroso, seducido por el elogio barato de su colega brasileño de llamarlo por su apodo, mientras el mandatario vecino ya estaba asestando su primer taimado golpe con la lacayuna complicidad de nuestras autoridades y negociadores.

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