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Según informes brindados por la ANDE, en ese instante de la noche del martes, 22 de enero, el pico que graficó la demanda del mercado eléctrico midió 3.357 MW de altura (1 MW = 1000 kW).
En otras palabras, a las 21,45 de anteayer, la ANDE necesitó una potencia equivalente a la instalada en Yacyretá (3.100 MW), dos con la capacidad de Acaray (100 MW), más 57 MW.
Apuntemos empero que la extraordinaria carga que registró la empresa eléctrica estatal en ese momento, según informan, tuvo la siguiente base de sustentación: Itaipú, 3.028 MW (90,2%). Yacyretá, 240 MW (7,2%) y Acaray, 89 MW (2,6%).
No obstante, ese transitorio 90,2% de Itaipú representó el 21,6% de su potencia instalada o el 43,2% de la mitad que pertenece a la República del Paraguay, de acuerdo con el Art. XIII del correspondiente tratado.
En lo concerniente a la otra central binacional en la que nuestro país es propietario en condominio por partes iguales (Yacyretá), se apunta que la cantidad que requirió la estatal para sortear el instante crítico, fue apenas el 8,39% de su potencia instalada o el 16,8% del 50% que corresponde a nuestro país.
Apuntábamos que estas escaladas, con su secuela de apagones y sufrimientos para los clientes de la estatal, no deben atribuirse a un crecimiento cualitativo de la demanda del mercado nacional, sino al humano derecho de atenuar los riesgosos efectos de esos minutos tórridos. En efecto, una vez alcanzado el pico, la normalidad, que está muy por debajo de estas elevaciones singulares, retorna.
Esa es la razón por la cual el cotejo que hace la estatal entre la “demanda máxima promedio de los primeros días de los dos últimos años (2.246,5 MW vs. 2.797,2 = 350,7 MW) sea apenas la visión de una de las aristas del complejo problema del mercado eléctrico nacional.
Concluir un diagnóstico solo con este dato sería impreciso e inclusive erróneo, porque soslaya otras realidades del mercado, por ejemplo la tasa interanual de utilización de la energía de Itaipú creció en un 12,3% o, también, un dato indispensable, que el suministro de Yacyretá mermó en un 61,5%, que se utilizó más Acaray, que el factor pérdidas, que en 2017 aún arañaba el 30% del total entregado al mercado, etc.
Tampoco se considera el aporte de los centenares de generadores alternativos que adquirieron los privados para mitigar el azote de los cortes o la aún escasa inversión en el eslabón distribución de la cadena del servicio de la ANDE.
Una sucesión de picos
A las 21:45 del martes último, la ANDE registró en su diagrama de carga un pico de 3.357 MW, ligeramente superior al que había apuntado el jueves 17, también del presente mes, que fue de 3.355 MW. Ese mismo día pudo observarse otra fuerte elevación: 3.319 MW. Ayer, la temperatura rondó los 40 grados, luego hay que esperar nuevos picos.