Ya advertían que detrás del Aña Cua se agazapa deseo de anular Itacorá/Itatí

En abril del 2006 el Ing. José Luis Enciso Velloso (+), en las conclusiones que compartió con ABC Color, advertía que a la sombra del proyecto Aña Cua se agazapa la intención de anular la central y embalse compensador Itacorá/Itatí e incluso la ampliación del actual parque de máquinas de Yacyretá. La publicación de ayer generó reacciones encontradas.

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“Otra usina en el Aña Cua no aumentará la producción”, titulábamos ayer la primera parte de las conclusiones del Ing. Enciso Velloso (+), que en abril del 2006 compartió con nuestro diario.

El especialista apuntaba que la continua derivación del “caudal ecológico” hacia el brazo Aña Cua del río Paraná no aumentaría la generación de Yacyretá debido a que disminuye “el caudal pico correspondiente a 20 turbinas a un caudal turbinable correspondiente a 12 turbinas, porque se debe mantener un caudal mínimo para la navegabilidad del río en épocas de estiaje”.

Quedaba pendiente entonces agregar la salida que el especialista proponía ante esta disyuntiva.

Sobre el brazo Aña Cua, que corría el serio riesgo de secarse, apuntaba que “el embalse formado por la central hidroeléctrica Itacorá/Itatí se introducirá en el brazo ... como una lengua de agua ... Con el nivel del embalse aproximado en cota 61 m o 62 m, esta lengua llegará a tocar la presa ... en el cruce Aña Cua”.

De esta premisa infería la siguiente conclusión: “... Si se construye la central hidroeléctrica Itacorá/Itatí no se justifica construir la central Aña Cua, porque habrá agua ... en el Aña Cua”.

Insistía igualmente en la necesidad d priorizar Itacorá/Itatí para preservar la navegabilidad del río aguas abajo de Yacyretá.

El reportaje provocó ayer una decena de reacciones.

En las oficinas locales de Yacyretá, que hoy tiene la misma administración que en 2006, según trascendió, volvieron a calificar el argumento del Ing. Enciso Velloso como un “disparate” y advirtieron que la obra es conveniente al país.

En los ya habituales comentarios que escriben los lectores debajo de un material, el Ing. Germán Escauriza, exnegociador de nuestro país en 2008/9 de los reclamos paraguayos ante Brasil en Itaipú, apuntó que “La energía producible en base a la potencia instalable, calculada por científicos de la ingeniería, no puede ser modificada por brujos, adivinos o politiqueros. El proyecto final de la central hidroeléctrica de Yacyretá fue realizado por científicos de la ingeniería y su dimensionamiento no puede ser modificado para que se beneficien las empresas Pescarmona de Argentina y CIE de Paraguay”, sostuvo.

Recordemos que la usina del Aña Cua no figura ni el proyecto definitivo y muchos menos en el Tratado de Yacyretá que entró en vigencia el 27 de marzo de 1974.

Una trampa para peces

De construirse el embalse compensador... descrita en el Anexo B de Tratado de Yacyretá, el brazo Aña Cua tendría agua todo el año; como no se construyó, se decidió un mal parche: el caudal antiecológico, porque los peces son atraídos por su corriente y no pueden pasar al embalse principal y mueren... o son atrapados por pescadores”, aporta José Luis Enciso (h).

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