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Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que borraran con el codo lo que suscribieron con la mano, ya que la masiva contratación de operarios para la planta de Troche que anunciaron ayer, lo que implicará un costo superior a los G. 511 millones, implica que vuelven a dilapidar lo que anunciaron ahorrarían.
Es inexplicable este doble discurso del “nuevo rumbo” en Petropar, cuyas principales autoridades siguen divagando en la administración de una de las instituciones más corruptas que tiene el Estado. Llama también la atención que hayan descontratado a funcionarios con exiguos salarios y en contrapartida incorporen nuevos con remuneraciones de primer mundo, y que conforman el primer anillo Duarte Ramos, además de los 187 operadores políticos que ahora ingresarán.
En la página web de la petrolera (foto) la directora de gestión empresarial Gabriela Miltos, quien ocupa el cargo a pesar de violar una exigencia interna del ente, que ordena que no pueden activar en cargos gerenciales aquellos que demandaron a Petropar, había dicho que las desvinculaciones del personal eran necesarias. Sin embargo, luego volvieron a llenar los cargos que quedaron “vacantes” y designaron a seccionaleros como “evaluadores”.