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Los pequeños vendedores consideran que esta medida dispuesta por el Ministerio de Hacienda les generará pérdidas y afectará los ingresos diarios que tienen para sustentar a la familia.
Hacienda decidió mantener el cronograma de implementación del IVA agropecuario establecido en la Ley 5061/13 y esto implica que, desde el próximo mes, las frutas, hortalizas y plantas medicinales (yuyos o pohã ñana) estarán gravadas con 5% del IVA.
Estos productos actualmente están exentos de la aplicación del impuesto, una medida dispuesta en su momento por la cartera fiscal para evitar que impacte en la economía y dar más tiempo a los productores para adecuarse a las nuevas reglas del Iragro e IVA.
El aumento del impuesto terminará afectando a los consumidores finales, ya que son ellos los que pagarán al realizar las compras, una situación que impactará en mayor medida en los sectores con menores ingresos de la sociedad porque se trata de productos sensibles de la canasta familiar.
Patrimonio
Javier Torres, presidente de la Comisión de Vendedores de Yuyos, señaló que la Ley N° 946 establece claramente que lo que es tradición y costumbre tiene que formar parte de nuestro patrimonio cultural, por esta razón sostiene que no se le pueda aplicar el impuesto. En tal sentido, indicó que el Congreso aprobó en setiembre pasado que las plantas medicinales autóctonas forman parte del patrimonio nacional.
La ley del año 1982 crea la Dirección General de Bienes Culturales, dependiente del Ministerio de Educación, que en su artículo 35 establece que los bienes culturales debidamente inventariados y registrados, cuyos propietarios hayan cumplido los requisitos de esta ley, quedarán exentos de todo impuesto fiscal y municipal.
Para Inocencio Paiva, comerciante de productos frutihortícolas, la aplicación del IVA va a generar pérdidas, porque las frutas y hortalizas no se venden en su totalidad y si a esto se le agrega el impuesto del 5%, la pérdida será mayor. “Bajás una caja de tomate, que tiene 16 kilos, pero tirás 5 a 6 en el verano, más el impuesto. ¿Para qué vamos a trabajar, para pagar impuestos?”, se preguntó.