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Esto se da pese a que la estatal recibió US$ 67 millones en una primera etapa y otros US$ 13,7 millones en un segundo momento para inversiones en sus plantas, principalmente, para cambiar el tipo de combustión del horno, de tal modo que se pueda cambiar el fuelíl por el coque de petróleo, que es más económico (el coque cuesta US$ 250 por tonelada, frente a los US$ 750 por metro cúbico del fueloíl).
Por otro lado, los datos indican que hay 60.000 toneladas de clínker en stock, para un mes de distribución de cemento. Aún así, el despacho del material de construcción podría verse en riesgo si el horno llega a parar por largo período.
Nuestro diario intentó conversar con el Lic. César Bogado, actual presidente de la INC, pero desde el área de prensa nos informaron que la institución está brindando datos únicamente a través de esta dependencia. Más tarde, por medio de un escrito, sostuvieron que el paro del horno obedece a cuestiones técnicas y no a la falta de combustible.
Paro de una semana
“El horno para con el objeto de revisar zonas de alta temperatura y hormigón refractario, además se realizarán ajustes de anillos del molino de carbón. Se estiman entre 7 a 8 días de paro. Tenemos stock de clínker y adicionalmente, fueloíl para el arranque; y ya tenemos cronograma de entrega de petcoke y combustibles alternativos. El despacho no se verá afectado”, señala el escrito.