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En la práctica, sin embargo, el director ignora sus propias expresiones y sigue manteniendo al funcionario como subadministrador en la Aduana de Puerto Seguro, donde –por cierto– no le vimos muy estresado por el trabajo, ya que lo encontramos chateando relajadamente en su escritorio cuando lo visitamos la semana pasada.
La reacción de Valiente sobre el caso de personas ajenas a la actividad en zona primaria se tradujo en un escrito en que “recuerda” que queda prohibida la entrada a personas extrañas en área protegida. La dependencia de asuntos internos tampoco se manifestó, pese a todas las evidencias que saltaron en las últimas semanas (audios, fotos, videos, testimonios).
En cuanto a los casos de enriquecimiento de los altos jefes, Valiente evita dar respuestas y se limita a decir “no sé”. Al director no le llama la atención que un jefe tenga fábricas, residencias de US$ 250.000, importantes negocios, etc., con un moderado sueldo en la Aduanas.
Pareciera hasta cultural y racional que un aduanero con modesto salario pueda ostentar millonarios bienes que no condicen con sus ingresos oficiales.
El director jurídico de la institución, Rubén Vera, al ser consultado si como abogado de Aduanas y responsable de la parte jurídica no le preocupa la situación, dijo: “Hemos hecho varias denuncias”. Vera quedó en que iba a proveer dichas denuncias, pero se llamó a silencio.