Cargando...
Según los apuntes del Viceministerio de Minas y Energía, dependiente del Ministerio Obras Públicas y Comunicaciones, las tres fuentes de generación con las que cuenta el SIN suministraron en febrero 1.455.434 MWh (1 MWh = 1.000 KWh), en definitiva el consumo nacional, incluyendo las pérdidas y las eventuales exportaciones de la ANDE, en ese mes.
Itaipú, 89,9%
Del total apuntado, el 89,9% proviene del complejo hidroeléctrico paraguayo-brasileño Itaipú (1.307.954 MWh), el 6,5% de la central nacional del río Acaray (95.339 MWh) y de la hidroeléctrica paraguayo-argentina el restante 3,6%.
Recordemos que Yacyretá generó en enero pasado 1.885.215 MWh, de esta cantidad, de acuerdo con el Art. XIII del correspondiente Tratado, 942.607,5 MWh pertenecen al Paraguay; pero, por motivos “económicos”, según voceros de la ANDE, se pudo o se quiso aprovechar solo el 11,07% de la energía paraguaya, el resto, el 89,3%, fue cedido al mercado argentino.
En enero, la contratación de la ANDE fue de 104.359 MWh, que en febrero pasado cayó a 52.141 MWh, en diciembre del año pasado fue de 20.267 MWh y en noviembre, un mes antes, tan solo de 14.803 MWh, el 0,8% del total que generó la represa en ese mes del año pasado (vea el cuadro que acompaña este material).
Apuntemos también que enero de 2017, la EBY llegó a suministrar al mercado nacional 262.306 MW. En ese mes, por ende, la empresa estatal paraguaya dejó de contratar 247.501 MWh.
La represa hidroeléctrica paraguayo-argentina fue emplazada en una llanura, con costas mucho más bajas en territorio paraguayo, razón por la cual el embalse, en rigor el único factor insustituible en un aprovechamiento hidroeléctrico, inunda una superficie paraguaya en un 80% e inclusive 90% según técnicos independientes del sector energía.
Apuntemos también que esta incómoda situación para nuestro país, desde el 2011 es acentuada por las casi permanentes sobreelevaciones del embalse, de hasta 40 y 50 cm sobre “la cota de diseño”, medida en el eje Encarnación-Posadas del colosal reservorio.
Esta irregular práctica explique tal vez por qué razón incluso antes de que los actuales presidentes de nuestro país y la Argentina, Horacio Cartes y Mauricio Macri, firmaran en la Isla Yacyretá el 4 de mayo del año pasado el “Acta de entendimiento entre la República del Paraguay y la República Argentina tendiente a lograr el ordenamiento económico financiero de la entidad binacional Yacyretá”.
Agreguemos que la “compensación en razón de territorio inundado”, un derecho que también consagra el Tratado, hasta la fecha no fue respetado y que nuestro país, el mayor aportante del único factor irreemplazable en una obra de esta naturaleza, recibió poco y nada en este concepto.
El escaso aprovechamiento por parte de la ANDE de la energía paraguaya en Yacyretá es interpretado por los administradores de turno de la EBY, como energía disponible para el mercado del vecino país, a pesar de que el Tratado de Yacyretá, a diferencia del documento de Itaipú, reconoce a la Argentina solo “el derecho preferente” para la adquisición del excedente paraguayo, no el absoluto, como en Itaipú.
La cesión tampoco es un gran negocio, ni un negocio siquiera, sencillamente por nuestros socios fueron abusivamente morosos, especialmente en su relación con nuestro país en Yacyretá.