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En ese contexto, la familia Scavone, fundadora de la Farmacia Catedral con más de 105 años de presencia en el mercado, cobra relevancia tanto por su aporte a la farmacología paraguaya como por su accionar en la comunidad.
Corría el año 1905, cuando Domingo, Miguel y Laviero Scavone, inmigrantes italianos llegados al Paraguay a fines del siglo XIX, abrieron una botica y droguería en la esquina de 25 de Mayo y México. Sus profesiones eran las de médico, farmacéutico y administrador, respectivamente.
En 1916 constituyeron la razón social Scavone Hermanos y trasladan el negocio a la esquina de Independencia Nacional y Palma, hasta donde hoy funciona Farmacia Catedral.
La dinámica de la botica era muy distinta a la de la farmacia actual. Para empezar, el expendio de toda medicación se hacía únicamente por prescripción médica. Se trataba de preparados magistrales que el farmacéutico elaboraba en el acto. "Lo que hoy conocemos como medicamentos terminados, producidos industrialmente, había muy pocos ejemplares en aquella época y eran todos importados", comentó el Dr. Ubaldo Scavone, nieto de uno de los fundadores de la empresa.
De esa época se conservan el mobiliario, instrumentos de medición, recetarios y los frascos donde se guardaban las drogas. Estos elementos forman parte de un museo y constituyen verdaderas reliquias que ilustran el origen de la farmacología en el Paraguay.
A mediados de los años 20, la empresa consiguió la representación de medicamentos internacionales. Las primeras importaciones de Scavone Hermanos como representantes de productos datan de esa época. A partir de ahí el negocio adquirió un cariz de distribuidora de medicamentos que abastecía a farmacias del interior y la capital.
A fines de los años 50 y comienzo de los 60 inician la fabricación local de medicamentos en la esquina de la calle Presidente Franco e Independencia Nacional, en la parte trasera de la farmacia del centro. Posteriormente, en 1964 se inaugura el primer laboratorio importante del Paraguay en las afueras de Asunción, donde hoy se encuentra la casa central de Farmacias Catedral (España esquina Santa Ana). "Era el límite de la ciudad y los caminos eran de tierra. La calle España no existía, tampoco el puente sobre el Mburicaó. Solo estaba el camino al aeropuerto, que era tape poi de una sola mano. Era una zona de casas quintas, tambos, con muy poca urbanización", comentó el Dr. Scavone.
Anécdotas
Las revoluciones y asonadas no pasaban inadvertidas para quienes estaban al frente de Farmacia Catedral. Si el asalto era al cuartel de Policía, a una cuadra del negocio, eran los primeros en saberlo. Lo mismo ocurría si los disturbios eran en la cárcel (entonces al lado de la Catedral) o en la Escuela militar (al lado del actual Parlamento). "Nosotros hemos vivido y seguimos viviendo acontecimientos históricos. Siendo chico yo vivía en los altos de la farmacia. Al primer tiroteo bajábamos al sótano del edificio y ahí permanecíamos hasta que pasara la balacera", recuerda el Dr. Scavone.
"Fuimos testigos de la Guerra del Chaco (1932-1935) y durante la contienda entregamos cantidades de medicamentos a la sanidad militar, no todas las veces mediante pago, porque en ese momento eran otras las prioridades, estaba en juego la supervivencia", agregó.
También recordó que en épocas de la dictadura, cuando la farmacia estaba de turno, le tocó atender a personas que llegaban de madrugada con signos de tortura, a quienes les daban los primeros auxilios. "Aunque es una anécdota muy triste es parte del acervo y la vivencia de la empresa".
Recientemente, con la tragedia del Ycuá Bolaños, la farmacia abrió ese fatídico domingo sus puertas y entregó todo su stock de morfina gratis para los heridos. En ese momento no se pensó en otra cosa que en asistir a esa gente, víctima de esa desgracia.
"Pensamos que este país pese a todos su problemas y dificultades seguirá creciendo y los 200 años son para pararse un poco y meditar, pensar hacia dónde vamos", aseguró.
Cuarta generación
Farmacia Catedral está dejando de ser una empresa familiar para pasar a ser una empresa profesional, una verdadera corporación. "Quedan muy pocos Scavone en puestos ejecutivos, casi todos los funcionarios son profesionales contratados por su capacidad y desempeño. Lo importante es que la empresa privilegia la excelencia y la calidad por encima de todo", dijo e Dr. Scavone.
Farmacia Catedral, convertida hoy en una competitiva cadena de farmacias, seguirá apostando al país como lo ha venido haciendo desde hace 105 años. "Estamos decididos a seguir invirtiendo y a desarrollar sus negocios en forma lícita, transparente y honesta. No nos interesa otro tipo de crecimiento a costa de nuestro prestigio y de la calidad de nuestros servicios", sostuvo Scavone.
"Nosotros conocemos una sola disciplina que es el trabajo. No vamos a cambiar en nada nuestra concepción. Las generaciones que se están sucediendo mantienen intacta esa voluntad y ese sentido. Nuestro compromiso con el país al cumplir Paraguay 200 años se va a reafirmar aún más", aseguró.
En 1916 constituyeron la razón social Scavone Hermanos y trasladan el negocio a la esquina de Independencia Nacional y Palma, hasta donde hoy funciona Farmacia Catedral.
La dinámica de la botica era muy distinta a la de la farmacia actual. Para empezar, el expendio de toda medicación se hacía únicamente por prescripción médica. Se trataba de preparados magistrales que el farmacéutico elaboraba en el acto. "Lo que hoy conocemos como medicamentos terminados, producidos industrialmente, había muy pocos ejemplares en aquella época y eran todos importados", comentó el Dr. Ubaldo Scavone, nieto de uno de los fundadores de la empresa.
De esa época se conservan el mobiliario, instrumentos de medición, recetarios y los frascos donde se guardaban las drogas. Estos elementos forman parte de un museo y constituyen verdaderas reliquias que ilustran el origen de la farmacología en el Paraguay.
A mediados de los años 20, la empresa consiguió la representación de medicamentos internacionales. Las primeras importaciones de Scavone Hermanos como representantes de productos datan de esa época. A partir de ahí el negocio adquirió un cariz de distribuidora de medicamentos que abastecía a farmacias del interior y la capital.
A fines de los años 50 y comienzo de los 60 inician la fabricación local de medicamentos en la esquina de la calle Presidente Franco e Independencia Nacional, en la parte trasera de la farmacia del centro. Posteriormente, en 1964 se inaugura el primer laboratorio importante del Paraguay en las afueras de Asunción, donde hoy se encuentra la casa central de Farmacias Catedral (España esquina Santa Ana). "Era el límite de la ciudad y los caminos eran de tierra. La calle España no existía, tampoco el puente sobre el Mburicaó. Solo estaba el camino al aeropuerto, que era tape poi de una sola mano. Era una zona de casas quintas, tambos, con muy poca urbanización", comentó el Dr. Scavone.
Anécdotas
Las revoluciones y asonadas no pasaban inadvertidas para quienes estaban al frente de Farmacia Catedral. Si el asalto era al cuartel de Policía, a una cuadra del negocio, eran los primeros en saberlo. Lo mismo ocurría si los disturbios eran en la cárcel (entonces al lado de la Catedral) o en la Escuela militar (al lado del actual Parlamento). "Nosotros hemos vivido y seguimos viviendo acontecimientos históricos. Siendo chico yo vivía en los altos de la farmacia. Al primer tiroteo bajábamos al sótano del edificio y ahí permanecíamos hasta que pasara la balacera", recuerda el Dr. Scavone.
"Fuimos testigos de la Guerra del Chaco (1932-1935) y durante la contienda entregamos cantidades de medicamentos a la sanidad militar, no todas las veces mediante pago, porque en ese momento eran otras las prioridades, estaba en juego la supervivencia", agregó.
También recordó que en épocas de la dictadura, cuando la farmacia estaba de turno, le tocó atender a personas que llegaban de madrugada con signos de tortura, a quienes les daban los primeros auxilios. "Aunque es una anécdota muy triste es parte del acervo y la vivencia de la empresa".
Recientemente, con la tragedia del Ycuá Bolaños, la farmacia abrió ese fatídico domingo sus puertas y entregó todo su stock de morfina gratis para los heridos. En ese momento no se pensó en otra cosa que en asistir a esa gente, víctima de esa desgracia.
"Pensamos que este país pese a todos su problemas y dificultades seguirá creciendo y los 200 años son para pararse un poco y meditar, pensar hacia dónde vamos", aseguró.
Cuarta generación
Farmacia Catedral está dejando de ser una empresa familiar para pasar a ser una empresa profesional, una verdadera corporación. "Quedan muy pocos Scavone en puestos ejecutivos, casi todos los funcionarios son profesionales contratados por su capacidad y desempeño. Lo importante es que la empresa privilegia la excelencia y la calidad por encima de todo", dijo e Dr. Scavone.
Farmacia Catedral, convertida hoy en una competitiva cadena de farmacias, seguirá apostando al país como lo ha venido haciendo desde hace 105 años. "Estamos decididos a seguir invirtiendo y a desarrollar sus negocios en forma lícita, transparente y honesta. No nos interesa otro tipo de crecimiento a costa de nuestro prestigio y de la calidad de nuestros servicios", sostuvo Scavone.
"Nosotros conocemos una sola disciplina que es el trabajo. No vamos a cambiar en nada nuestra concepción. Las generaciones que se están sucediendo mantienen intacta esa voluntad y ese sentido. Nuestro compromiso con el país al cumplir Paraguay 200 años se va a reafirmar aún más", aseguró.