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Al iniciar el IBR la colonización, adquirió 10 hectáreas y al igual que todos los colonos, pagó dos veces por la tierra: primero a la empresa colonizadora y luego al instituto agrario.
Es padre de cuatro hijos, dos de los cuales son paraguayos, y tiene seis nietos, todos ellos nacidos en nuestra patria.
Don Juan se dedicó su vida a trabajar en Paraguay. “Aquí voy a morir. El Paraguay me dio todo y mis hijos se hicieron gente de bien en este país”, afirmó.
Al igual que todos los colonos de Tape Porã, don Juan por primera vez siente incertidumbre por su futuro, estando ya en el último tramo de su vida: “No tenemos donde ir si nos desalojan. Ni siquiera tenemos la posibilidad de ir al Brasil porque aquí hicimos nuestra vida”.
Don Juan se aferra a su título de propiedad, expedido en nombre del Estado paraguayo y se niega a creer que no tenga valor para la justicia.
El pleito judicial que enfrenta la colonia Tape Porã se remonta al 21 de febrero de 2007 cuando el abogado Venancio López inicia acciones judiciales en representación de Heriberto Lezcano pidiendo la nulidad de los títulos de propiedad de los colonos.
Heriberto Lezcano muere el 10 de setiembre de 2008 y el Abog. Venancio siguió representando al fallecido hasta obtener el 11 de julio de 2018 el desalojo.