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El 7 de octubre del año pasado la fiscala Carmen Gubetich de Cattoni intervino un cargamento de glifosato en el puerto de Villeta. La intervención fiscal se hizo debido a una denuncia realizada por la Cámara Paraguaya de Sanidad Agropecuaria (Capasagro) ante la sospecha del ingreso de una carga de agrotóxicos de manera ilegal.
En los despachos hicieron figurar que importaron unos 11.000 kilos de glifosato. La partida llegó a nombre de la firma “Tche SA”, de Nueva Esperanza, departamento de Canindeyú, que aparece a nombre de los hermanos brasileños Marcelo y Mauricio Machado.
Sin embargo, luego de la revisión, la fiscalía detectó que en el fondo de uno de los contenedores y en las cajas correspondientes a glifosato metieron unos 4.600 kilos de benzoato de emamectina al 36%, producto que, en este porcentaje de rango, está prohibido importar al país.
Ante esta situación, la fiscala Gubetich de Cattoni resolvió iniciar una investigación por el flagrante ingreso de productos de contrabando.
De acuerdo con datos obtenidos en el sector privado, el benzoato de emamectina al 36% es muy requerido en el mercado negro, principalmente para matar plagas resistentes y que afectan las plantaciones de soja. Los 4.600 kilos de este producto decomisados en Villeta puede reportar, tranquilamente, unos 500.000 dólares actualmente.
Sumario récord y absurdo argumento
Mientras la fiscalía empezaba su investigación, en la Dirección de Aduanas arrancó el sumario correspondiente. El titular de la institución, Nelson Valiente, resolvió que el administrador de la Aduana Central, Carlos Alfredo Medina, miembro de la seccional colorada N° 40 de Asunción, se hiciera cargo de la pesquisa.
Medina terminó el sumario en tiempo récord: 45 días les fueron suficientes para sobreseer a la firma Tche SA y devolverle el cargamento para un supuesto reembarque del producto decomisado.
En el sumario aduanero se menciona que se tomó esta determinación porque la firma proveedora, High Hope Zhongding Corporation, de China, reconoció que hubo un “error involuntario” al cargar los 4.600 kilos de benzoato de emamectina al 36% en cajas de glifosato.
El documento, supuestamente enviado desde China, no tiene indicador alguno que acredite su legalidad. Carece de sello o firma de alguna representación oficial paraguaya y hasta el membrete de la empresa parece montado.
A pesar de estas irregularidades, la Aduana se basó en el documento y en la interpretación de un oficio fiscal, en el que supuestamente se “cerró” la investigación para devolver la carga. Sin embargo, la propia fiscalía, en otro oficio que presentó ante la Aduana el 6 de febrero, aclaró que todo el cargamento sigue retenido y bajo investigación del Ministerio Público.
El Senave, por su parte, se adhirió a la decisión de la Aduana y resolvió la reexportación del producto decomisado.
Los nombres del caso
La carga de benzoato de emamectina al 36%, decomisada por la fiscalía a principios de octubre en el puerto de Villeta, ingresó por la aduana de esta ciudad, cuyo administrador es Fernando Machuca Corvalán, quien hasta ahora se mantiene en el cargo. Por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y Semilla (Senave) el responsable del control fue el Ing. Lorenzo Reyes, que actualmente está bajo sumario en la entidad. El titular de este ente, Francisco Regis Mereles, firmó la resolución de reexportación del producto.
La importadora es Tche SA, propiedad de Marcelo y Mauricio Machado. El abogado es Diego González Arrúa y el despachante encargado de la operación es Jorge Vidal Casaccia.
El director aduanero, Nelson Valiente, ordenó que la Administración de Central, a cargo de Carlos Alfredo Medina, administrador, resuelva el caso, sobreseyendo a la firma y devolviendo la carga. La fiscala que investiga el caso es Carmen Gubetich de Cattoni.