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El valor CIF de la importación correspondiente a este 2013 trepa a US$ 78,9 millones, frente a los US$ 56,7 de 2012. Si bien es un crecimiento considerable, no alcanza las cifras logradas en el 2010 ni 2011, de US$ 79,5 millones y US$ 84,9 millones, respectivamente.
Hay un crecimiento importante en la demanda de equipos año a año, señaló Adriana Manchini, presidenta de la Caparev. Esto se debe al aumento de la construcción, principalmente privada, y a las actuales facilidades de financiación.
Sin embargo, según lo señalado, la paralización y semiparalización de obras públicas que se dio este año afectó al sector, que desde junio sintió una desaceleración en la tendencia de crecimiento, tanto en ventas como en servicios. Aún así, hay mejores expectativas para los próximos meses.
“La época del verano es la más importante para el rubro. Este año, inusualmente, estamos terminando noviembre y aún no sentimos un calor fuerte. Por tal motivo, la venta masiva aún no ha despegado, pero creemos que en los meses venideros se recuperará”, señaló.
Aires de menor impacto
Según Manchini, entre los planes del sector, en el largo plazo, se encuentra la reducción gradual hasta la eliminación del gas refrigerante que todavía utilizan los equipos de aire acondicionado, el R22.
Este gas afecta la capa de ozono y, por este motivo, se firmó un tratado internacional hace varios años, Protocolo de Montreal, que define la eliminación paulatina del uso de este refrigerante.
En países desarrollados está prohibida la fabricación del gas y la instalación de nuevos equipos que lo utilicen. En Paraguay, este año empezó el congelamiento en la cantidad a ser importada, tomando como base el año pasado para luego ir disminuyendo y llegar a su eliminación total en el 2040.
Ya se pueden encontrar equipos que no usan ese gas, aunque en pequeña cantidad, acotó. “Este nuevo equipo no afecta la capa de ozono y es más eficiente. Puede que el precio del equipo sea más elevado, pero consumirá menos energía eléctrica”, dijo.
Según los datos del sector, no hay producción nacional ni ensamblado de acondicionadores debido a que el precio en China es más competitivo, al no haber incentivos fiscales. Tampoco existe mano de obra en los meses de temporada alta, y cuesta encontrar suficientes técnicos superiores, señaló la presidenta de la Cámara de la Refrigeración y Ventilación Mecánica.