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Según datos que manejan los pobladores, el Indert abría pagado unos G. 600 millones por el proyecto, que debía estar listo en marzo del 2017, sin embargo, la obra quedó inconclusa y con muchas falencias. El presidente de la comisión pro agua del lugar, Claro González, dijo que lo importante es que el sistema ya funciona y beneficiará a más de 60 familias de la colonia, de las 123 casas existentes. El resto quedará conectado a un pozo similar instalado en otro sector, explicó el dirigente.
Según González, el sistema no pudo funcionar durante todo este tiempo porque el pozo no tenía motobomba y faltaban muchos accesorios para ponerlo en funcionamiento. Además de estas falencias, había problemas en las conexiones de las cañerías de distribución.
La ejecución del proyecto original fue adjudicada a una ONG llamada Juajú, que subcontrató al concejal departamental de San Pedro Teodoro Ledesma (ANR). Al respecto, González dijo que los propios funcionarios del Indert comentaron que los contratistas cobraron toda la plata y que el sistema ya tenía que estar en funcionamiento, pero la realidad era otra, resaltó.
La terminación y funcionamiento del sistema estuvo a cargo de la empresa Bompar Construcciones, de Santaní, representado por Ramón Niz, quien aclaró que fue llamado desde el Indert y le pidieron que haga la terminación del sistema.
En ese sentido, comentó que aceptó la propuesta recibida y mencionó que por el trabajo de terminación cobró la suma de G. 50 millones, incluyendo mano de obra, compra de una motobomba, cableríos, llaves, caños y accesorios que faltaban para completar la obra.