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Cerca de 1.700 usuarios del servicio de televisión prepago de Saturno SA, propiedad de Ignacio Viveros, es administrada desde enero por la operadora de telefonía móvil Tigo. Así lo revela la nota que la pequeña firma remitió a todos sus clientes, en el primer mes de este año, explicándoles que accederán a ofertas más favorables y a una mayor cantidad de servicios al mejor precio”.
Raúl Ibáñez, gerente de relaciones institucionales de Tigo, confirmó el acuerdo comercial firmado con Saturno. “Estamos migrando a los clientes de Saturno con nosotros. Una vez que concluyamos, ellos recibirán la grilla de programación de Tigo Star”, agregó. En cuanto al permiso de Conatel para la transacción comercial, explicó que una vez terminado el traspaso de clientes pedirán la anulación de la licencia otorgada a Saturno SA. No quiso hablar del costo de la compra porque es confidencial.
Intentamos también comunicarnos con Ignacio Viveros, de Saturno SA, pero se encuentra de vacaciones y no atendió su celular.
El acuerdo comercial entre Saturno y Tigo se habría cerrado en US$ 500.000, según fuentes del sector.
La transacción le permite a la mayor operadora de telefonía móvil del país absorber el paquete de clientes de Saturno, sin tener la necesidad de recurrir a la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) para solicitar la venta de la licencia comercial (Nº 288).
Igualmente, buscamos obtener la versión de Conatel con su titular Eduardo González Martínez, pero no fue posible.
La licencia para operar TV cable fue otorgada a Saturno, el 19 de marzo del 2008 por Conatel, y expira el 17 de mayo del 2018.
El monopolio del fútbol local
Tigo, además de prestar el servicio de telefonía móvil, ofrece internet, transferencia de dinero y TV por cable. Esta última, mediante la compra del 100 por ciento de las acciones de Cable Visión Comunicaciones (CVC) en 2012.
Antes de la venta de CVC, las pequeñas operadoras de cable abonaban por la señal del fútbol 0,60 centavos de dólar por cada cliente. Cuando pasó a manos de Tigo, la tarifa subió a US$ 6 por cada abonado.
Actualmente, la firma presiona a la Conatel para conseguir licencia para la prestación del servicio de televisión satelital, más conocido como DTH (Direct to Home).
Esta situación pone en jaque a las pequeñas cableoperadoras del interior del país, que argumentan que “no podrán competir con las tarifas que una empresa prestadora de varios servicios de telecomunicaciones puede ofrecer”.