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Añade que “son grandes toneladas de desechos provenientes de la fabricación, que son altamente nocivos para los seres vivientes, animales y plantas, porque tiene un PH (potencial de hidrógeno) altamente alcalino entre 10 y 13, cuyos componentes son: óxido de hierro, óxido de alúmina, óxido de silicio, óxido de calcio, dióxido de titanio, óxido de sodio”.
Estas sustancias –según dice– producen severas quemaduras por contacto con la piel, ojos y por inhalación de sus vapores.
“El país no está capacitado para tratar y descartar esos desechos que costarían millones de dólares, en caso de desborde y alcanzar los cursos de agua, cultivos, peces, animales, el daño potencial es inmenso, que estará allí presente”, agrega.
Los representantes dijeron que traerán algunas productos procesados, pero no hay garantías de que eso pase, al decir del técnico.
Sostiene que es importante analizar y discutir el tema, porque se habla de la instalación de la megaindustria en algún lugar del Alto Paraná –entre Itaipú y Yacyretá–, una de las zonas con mayor producción agrícola (trigo, maíz, girasol, etc) y ganadera del país.
Además cuenta con reservas forestales, que con toda certeza sufrirán los estragos de la contaminación. En esa zona, las tierras están a US$ 10.000 la hectárea y se habla de entre 4.000 y 5.000 hectáreas para la megaindustria y el parque industrial, al decir del técnico.
“Todo esto genera un problema aún mayor, teniendo en cuenta que en caso de litigar el Estado paraguayo debe hacerlo en los estrados judiciales de los EE.UU.”, destaca el técnico.
Gases y humos
Como mínimo unas siete toneladas de gases, humos y partículas serán lanzadas por día a la atmósfera, “las plantas más obsoletas están lanzando por día 14 toneladas, que contienen: gas carbónico, monóxido de carbono, dióxido de azufre, tetra fluoruro de carbono, entre otros; hablar de sus daños y consecuencias es otro factor sumamente importante para el medio ambiente y sería entrar en más detalles”, refiere.
“Aparte de verter los residuos líquidos al río Paraná, las primeras consecuencias tendrán la fauna ictícola, de donde grandes cantidades de peces proveen a nuestros mercados distintas variedades conocidas por todos”, agrega.
Nuevas obras
Además del precio de energía, se debe tener en cuenta otra subestación de 500 kV, líneas de transmisión y de distribución, que recién ahora se está construyendo con fondos del Focem, además de un puerto, caminos, muelles. “La tasa de crecimiento del consumo de energía en nuestro país ronda anualmente de 8 a 10%, cuando los estudios preliminares para Rio Tinto solo están considerando 2%, de aquí a poco, vamos a estar necesitando otras fuentes”.
Cree que “podemos procesar nuestras materias primas para crear más fuentes de trabajo, como de hecho se está haciendo en algunas zonas y no caer en un gran error que después más temprano que tarde si se llega a instalar esta fábrica, tengamos que pagar un costo muy alto por culpa de unos pocos”.
“Paraguay es un país con muchos recursos naturales, solo falta educación para poder mejorar la calidad de vida”, concluye Narváez.
Menos que en otros países
Rio Tinto Alcan solamente emitirá 1,8 toneladas de dióxido de carbono (CO2) había dicho Juan Pazos en una de las entrevistas concedidas a nuestro diario. Había destacado que las demás plantas procesadoras de aluminio que posee la empresa en otros países –sin mencionar la región– emiten unas 6 toneladas diarias. En Paraguay será menor la emisión de gases contaminantes porque utilizarán tecnología de punta en el procesamiento del producto. A nivel mundial, de acuerdo con los representantes de la megaindustria, llega a nueve toneladas, y en China, inclusive alcanza 15 toneladas.
El peligro del CO2, de acuerdo con las expresiones de los técnicos, es que no pueden ser mitigados. Es decir, permanecen en el aire.