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–¿Cuál es la visión que mueve el esfuerzo de un empresario como usted en torno a la educación?
–El último informe del Foro Económico Mundial señala que la calidad de la educación paraguaya alcanzó en el año 2015 la peor posición de su historia. Estamos en el puesto 140 de 140 países. Ese mismo sondeo mundial, que es sumamente grave, refleja la insuficiente calidad de la fuerza laboral. Estos dos factores visibilizan claramente la relación que hay entre educación y desarrollo. Consecuentemente, si queremos apuntar a un desarrollo y un incremento en la calidad de vida de los paraguayos, mejorar la calidad de la educación es el primer paso, pero a estas alturas es muy urgente que ello suceda.
–¿Cuáles son los factores que determinan esa urgencia en torno al tema?
–La población paraguaya se encuentra en un momento de ventajas únicas en lo que respecta a su estructura y composición por edades. En las siguientes tres décadas gozaremos de un bono demográfico, es decir que la proporción de personas en edad productiva irá creciendo. A mediados de este siglo, 7 de cada 10 paraguayos estará en edad productiva. Esta situación favorable se capitalizará únicamente si revertimos los preocupantes indicadores actuales, que reflejan que el país no es capaz de explotar todo el potencial productivo que posee, a raíz del bajo nivel de preparación de los jóvenes. Estamos en un estado de emergencia con relación a la educación.
–¿Cuál es el factor fundamental para enfrentar esta emergencia?
–El factor clave en la mejora de los procesos educativos, más allá de la infraestructura, más allá de la tecnología, es y será siempre el maestro. Por tanto, el primer gran desafío que debemos enfrentar agresivamente es mejorar el desempeño del educador en aula. Los indicadores actuales son desfavorables, pero con un gran compromiso por parte del Gobierno, de la sociedad civil, del empresariado y –sobre todos estos– el de maestros y maestras, será posible dar vuelta esta alarmante realidad a favor del país.
–¿Cuáles son las áreas que percibe como las más necesarias de fortalecer?
–En el año 2010, el 74% de los niños de tercer grado evaluados en comunicación, o no leían, o no comprendían lo que leían, o no eran capaces de escribir un texto sencillo adecuado a su nivel. Este es el origen de los problemas. Esta razón tomada como ejemplo explica por qué requerimos una urgente revisión y optimización del currículum, orientado hacia el desarrollo de la lecto-escritura, las matemáticas y las ciencias.
–¿Qué sugerencias tendría desde la perspectiva de empresario?
–Hoy en día existe un distanciamiento o una falta de sincronía entre la educación y el mundo del trabajo. El siglo XXI, caracterizado por la alta competitividad, demanda una respuesta urgente del sistema educativo nacional.
Hoy solo el 20% de los egresados de la Educación Media cuentan con algún tipo de formación técnica. Esta cifra es insuficiente para cubrir las demandas de un sector productivo en expansión y podría convertirse en un freno para dicho crecimiento. Urge, por tanto, la instalación de la educación técnica obligatoria dentro de la malla curricular del bachillerato. De esta manera daremos a los jóvenes las herramientas y oportunidades para aprovechar este momento.
–¿Quiénes serían los principales aliados en esta búsqueda de educación hacia el desarrollo del país?
–La educación no es una cuestión solamente de este ni de los sucesivos gobiernos que vendrán. Es un tema que atañe a toda la sociedad paraguaya. Pero el actual Gobierno, y más específicamente el presidente Horacio Cartes, debería estar centrado de manera obsesiva en ella. En este momento ya no es una cuestión optativa en que podamos elegir qué ámbitos priorizar. Es imperativo otorgarle a la educación el lugar que le corresponde y pensar en ella en función al desarrollo que deseamos para el país.
Claves del éxito de un país
Juntos por la Educación (JPE) cree que la competitividad y el crecimiento del Siglo XXI estarán definidos por el talento del capital humano, cuyas capacidades y competencias son clave para el proceso productivo, y aún más determinantes para el proceso de crecimiento y éxito económico en el largo plazo. Advierte que el acelerado proceso de cambios tecnológicos, la creciente globalización y la gran volatilidad de los mercados globales exigen poner foco en los imponentes desafíos y establecer apuestas para el futuro. Señala que entre los principales elementos que configuran estas capacidades se hallan aquellos relacionados a la calidad y a los niveles de educación de la población.
jfleitas@abc.com.py