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Refirió que está buscando por todos lados dialogar con los principales dirigentes de labriegos, pero hasta ahora no pudo. Los campesinos destruyen lo que Aguinaldo había puesto, sea cerco, barreras vivas, y amenazan con quemar maquinaria en caso de que se hagan trabajos de siembra de soja, señaló.
“Yo había alquilado unas 400 hectáreas de un holandés hace unos tres meses, pero algunos pocos lugareños se oponen a los trabajos. No quieren que plante soja y yo quiero trabajar. Recurrí a todas las instituciones ambientales, Seam, Senave e Infona, que me habilitaron. Cultivé para las barreras y ellos cortan para dar a sus animales, si es eucalipto, me roban”, señaló.
Comentó que presentó denuncias ante autoridades fiscales y policiales, quienes responden conmigo. “Pero ellos (los campesinos) cuando se va la comitiva se esconden nomás y cuando se retiran las autoridades, salen de nuevo a hostigar”, indicó.
Uno de los campesinos, Cándido Balbuena, dijo que no permitirán el cultivo de soja, debido a que el productor brasileño no respeta las leyes ambientales, pues la propiedad está frente a un asentamiento campesino.