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El alto funcionario uruguayo, quien participó de una conferencia organizada por el Instituto de Previsión Social (IPS), con el propósito de concienciar sobre la necesidad de cambios en nuestro país, recordó que Uruguay tuvo una reforma profunda de la seguridad social a mitad de la década de los 90’s, que fue retocada en algunas áreas en la última década, y también ha tenido una “profundísima reforma” en el sistema de salud hace más o menos ocho años.
Añadió que Uruguay tiene institucionalmente separados los sistemas de jubilaciones-pensiones y de salud, debido a que son dos áreas que tienen lógicas de funcionamiento y estructuras de incentivos completamente disímiles, y que la conjunción de ambos puede no ser la mejor forma de potenciar las labores del Estado.
Rememoró que cuando se llevó adelante la reforma jubilatoria, la que estaba vigente en ese tiempo (régimen de reparto, donde los trabajadores activos financian la jubilación de los retirados) ya no era la adecuada y, además, estaba generando una “trayectoria explosiva” en los resultados de la seguridad social, que por su dimensión tiene un impacto enorme en los temas fiscales, con lo cual se hizo necesario y viable la reforma desde el punto de vista político.
Acotó que el sistema uruguayo abarca aproximadamente el 90% de la población total del país, y existe otro conjunto de regímenes especiales como las cajas militar, policial, notarial, bancaria, de profesionales universitarios, que sumados integran al restante 10%.
Explicó que el sistema oriental tiene un sistema de seguridad social de cobertura prácticamente universal que funciona sobre una estructura de dos pilares: el de reparto y solidaridad intergeneracional, que busca garantizar ciertos mínimos de cobertura a los trabajadores, a la hora de su retiro, y también un pilar de ahorro individual, con inversores institucionales y administradoras de fondos de pensión”.
Consensos
Por su parte, el titular de IPS, doctor Benigno López, reiteró la necesidad urgente de lograr consensos para una reforma del sistema previsional vigente en nuestro país, que –si nada cambia– se encamina hacia un colapso. “Nosotros venimos hablando desde hace más de un año de la necesidad de la reforma de la Carta Orgánica, y creemos que hay que hacer una reforma importante, y que para eso tienen que participar todos, tenemos que estar todos informados, y presentar los mejores modelos y líneas que se van a bajar para discutir el tema en sociedad”, destacó.
Agregó que Uruguay tiene más del 90% de cobertura, mientras que Paraguay apenas el 20%. “Es una sociedad bastante más igualitaria que la nuestra, y yo creo que tenemos que ir hacia las experiencias más eficientes e igualitarias”, resaltó.
Afirmó que hoy los asegurados del IPS y la ciudadanía observan las penurias que se pasan en el ente. “Estamos con problemas financieros importantes para salud, hay un déficit de más de 1.500 camas, un desafío importante en cuanto a infraestructura, y en cuanto al financiamiento de las enfermedades crónicas”, acotó.
Con “nombres y apellidos”
El actual sistema previsional uruguayo maneja fondos de pensiones con cuentas individuales, que tienen nombres y apellidos, que no pertenece al Estado, sino a los trabajadores, y no puede ser “tocado” por razones políticas, explicó asimismo el titular del BCU, Mario Bergara. Dijo que ese ahorro hoy representa aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, y va camino a transformarse en un 35% en los próximos años. “Es un fondo de una dimensión realmente muy importante y, de hecho, fortalece la percepción de un fondo de estabilización en el terreno fiscal”, manifestó el alto funcionario del país oriental.