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“Todo eso fue muy útil, porque Paraguay siempre tuvo la gran incertidumbre de cómo se comportaría su economía. Entonces, hacer contratos a 10 años hubiese sido muy comprometedor, porque obligaría a un pacto firme, sin tener conocimiento de cómo sería el comportamiento de la economía”, destacó.
Agregó que el tema central está en qué es lo que quiere la ANDE, si quiere seguir con contratos anuales, de cinco años o de 10 años, “todo depende de lo que le conviene como empresa y al país”.
En ese contexto, el ingeniero Richer señaló igualmente que una cuestión que se puede analizar es la definición de potencia y energía. “El Anexo C del Tratado solo habla de potencia instalada y potencia contratada y de toda la energía que corresponde a las partes contratantes”, dijo.