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Recordó que llegó a la empresa pública en agosto del año pasado con el equipo y estructura política de Efraín Alegre, como asesor jurídico. Fue designado por el Ing. Tomás Rivarola, extitular de la aguatera, como nexo institucional entre la Essap y los sindicatos,
“En esos momentos éramos apenas seis gremios y planteábamos las reivindicaciones justas y legítimas de los derechos laborales de los compañeros de trabajo y el cumplimiento del contrato colectivo de trabajo por decir, por ejemplo, en referencia del artículo que establece igual trabajo, igual remuneración, el pago de viáticos a funcionarios designados a realizar tareas en las ciudades de la zona central, que fue derogado por una resolución unipersonal por el expresidente Francisco Martínez poco antes de abandonar el cargo, y ninguno de nuestros pedidos tuvieron eco favorable”, dice.
Para el sindicalista lo paradójico es que Nissen actualmente tiene su propio sindicato para protegerse y convertirse en apóstol del gremialismo.