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La actividad de los atracaderos ilegales es conocida y es de larga data en esta zona del país. Las intervenciones realizadas por las autoridades fueron solamente para la extorsión a los propietarios de los atracaderos, quienes supuestamente aportan semanalmente fuertes sumas de dinero para que las autoridades encargadas no intervengan.
Por estos embarcaderos circulan todo tipo de mercaderías, como cigarrillos, electrónicos, drogas e inclusive armas y se constituyen en verdaderas tierras de nadie donde no pueden ingresar ni fiscales ni policías.
El pasado 20 de febrero, inesperadamente una comitiva fiscal-policial allanó cuatro atracaderos clandestinos que funcionan en el barrio San Miguel, a unos mil metros de la Base Naval. El procedimiento estuvo a cargo de los fiscales Manuel Rojas y Adelaida Vázquez, ya que la intervención la habían iniciado agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
El contrabando no solo impera de noche sino en plena luz del día, según las fotografías que el reportero gráfico de este medio captó el miércoles pasado, en horas de la tarde las embarcaciones estaban siendo cargadas con mercaderías.
A lo largo del río Paraná y el lago de la Itaipú se presume que funcionan al menos 200 puertos clandestinos. Existe todo un esquema que permite el funcionamiento de los embarcaderos ilegales. Los paseros encargados de llevar las cargas al territorio brasileño cobran un porcentaje sobre el valor de las mercaderías. Una parte de ese porcentaje se destina al pago de los protectores de la actividad ilegal, que son las autoridades destacadas en esta zona y entre las que se encuentran, fiscales, militares, policías y funcionarios de Aduanas, quienes estarían recibiendo semanalmente millonarias sumas de dinero para permitir que estos puertos sigan operando.
En el lado brasileño, las autoridades realizan millonarias incautaciones de mercaderías que ingresan del lado paraguayo. De este lado de la frontera, sin embargo, los productos de contrabando son ofertados groseramente a la vista de todo el mundo.