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Los labriegos lamentaron la falta de asistencia de las instituciones gubernamentales para fortalecer este cultivo, que de a poco va desapareciendo de la chacra de las familias campesinas por el desinterés de organismos que deberían ser los primeros interesados de acompañar la producción de los pequeños agricultores.
Un poblador de Calle Seis Mil Marengo, Colonia Moisés Bertoni, Pedro Brítez, señaló que en esa zona del distrito de Santaní en cada finca había antes dos o tres hectáreas de la oleaginosa y alcanzaba 200 a 300 Ha. de parcelas, pero hoy apenas habría unas 5 Ha. en toda el área. “De acuerdo a los datos que manejamos, este año prácticamente no vamos a tener sésamo por varios motivos. Primero porque las semillas que se consiguieron no germinaron, y muchos de los agricultores ya no quisieron arriesgarse por el rubro y decidieron dedicarse a otra plantación”, aseveró.
También reveló que tuvieron problemas con las instituciones crediticias para conseguir apoyo económico a bajo interés para invertir en la compra de semillas de calidad y fertilizantes.
Otro agricultor del distrito de Yataity del Norte, Miguel Morínigo, dijo que en su zona el tema del sésamo está en la misma situación porque la mayoría de los pequeños productores ya no están cultivando el producto y se ingenian para encontrar otros rubros alternativos.
El jefe zonal de la Dirección de Extensión Agraria (Deag), Ing. Ignacio Núñez, reconoció la poca cantidad del cultivo en la parte sur de San Pedro. Habría apenas unas 1.000 Ha. de parcelas y habló de la falta de un trabajo de reprogramación en todos los aspectos con los productores de este cultivo para recuperar el interés de los campesinos.