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El mismo explicó que a través de la resolución se solicita a todos los propietarios u ocupantes de las propiedades con sospecha y/o presencia de la plaga, a que reporten de inmediato al Senave. Al mismo tiempo se establecen sistemas de monitoreo intensivo y se requiere la colaboración de los propietarios para con los técnicos del ente fitosanitario para la aplicación de medidas de control.
La implementación de medidas fitosanitarias establecidas por el Senave incluye la obligatoriedad de la eliminación de rastrojos de los cultivos inmediatamente después de la cosecha y la aplicación de insecticidas para el control, conforme a las recomendaciones técnicas.
Igualmente, dispone que para el traslado de productos y subproductos de algodón en cualquiera de sus presentaciones y procesos, además de equipamientos agrícolas utilizados para la cosecha, materiales para el almacenamiento entre otros, se deberá informar previamente al Senave.
El objetivo de dichas exigencias es para establecer las condiciones fitosanitarias adecuadas para ello.
La emergencia implica que los costos por las eliminaciones de cultivos que afecten a productores y empresas dedicadas al rubro, correrán por cuenta de los mismos.
Agregó que los costos de eliminación de materiales infestados encontrados en caminos vecinales o lugares públicos en general, podrán ser cubiertos por el Senave, siempre que no hayan podido ser destruidos por los responsables.
Según los datos, el picudo del algodonero es considerada una plaga altamente destructiva, y ante su presencia en el Chaco, se adoptarán medidas fitosanitarias de manera a prevenir pérdidas económicas en perjuicio de la producción primaria y a la cadena de procesamiento del algodón.
En Paraguay existen hoy apenas 9.000 hectáreas de algodón, de las cuales unas 3.000 están en el Chaco.