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La creación de la colonia María Auxiliadora viene de mediados de la década de 1980, plena época de la dictadura de Alfredo Stroessner.
El Instituto de Bienestar Rural (actual Indert) inició gestiones para comprar cuatro mil hectáreas de tierra de la firma Agropeco SA.
La negociación no avanzó más allá de la entrega de 50 millones de guaraníes a Agropeco, en concepto de adelanto de pago por la tierra.
De aquel entonces a hoy, la incertidumbre sigue siendo la misma: los ocupantes no tienen derecho a la tierra que poseen.
Tampoco puede aplicarse la figura de usucapión ante gestiones realizadas por los mismos campesinos, en donde reconocen que Agropeco es la titular de la tierra.
Por otro lado, se encuentran colonos de origen brasileño, de mayor capacidad adquisitiva y por lo general con otros inmuebles en Alto Paraná e Itapúa; inclusive algunos de ellos jamás residieron en nuestro país pero aparecen como titulares de fracciones.
Los colonos sembraron grandes extensiones de granos, como es el caso del señor Adenir Luiz Canei, quien se presenta como propietario de 400 hectáreas en la colonia.
En septiembre pasado, Canei sembró granos y en este momento la soja está lista para su cosecha.
Canei violó la medida cautelar dictada por el juez Luiz Fernández Venialgo, de San Juan Nepomuceno, quien el 31 de agosto de 2017 dictó una prohibición de innovar sobre la finca de cuatro mil hectáreas, en este momento propiedad de la firma Cardenales SA.
No es propiedad del Indert
Tanto los campesinos como los colonos brasileños tienen conocimiento de que las tierras no pertenecen al Indert.
El mismo presidente del Indert, Justo Cárdenas, reconoció que los títulos expedidos a principios de 1990 no tienen valor.
Los colonos tampoco pueden utilizar la figura de compradores de buena fe porque no son sujetos de la reforma agraria sumado a que las fincas que adquirieron superan los promedios otorgados a familias campesinas.
En estas condiciones, están cultivando en tierra ajena sin pagar arrendamiento alguno, careciendo de derechos de ocupación.
Adenir Luiz Canei, junto con algunos productores, intentaron atropellar a la Policía Nacional el pasado domingo 31 de diciembre.
Ya violó la orden judicial al sembrar en una tierra con medida cautelar y ahora está dispuesto a hacer lo mismo para cosechar los granos.
El caso de los campesinos paraguayos es muy particular: en su momento, Agropeco ofreció la donación de 1.500 hectáreas pero la oferta fue finalmente rechazada.
El resultado es que se prolonga en exceso la situación de incertidumbre de los campesinos.
Para colmo, los brasileños se muestran impacientes y están dispuestos a violar por partida doble un mandato judicial: primero sembraron y ahora quieren cosechar, estando prohibido.
El Indert heredó una situación conflictiva en extremo, no es su culpa pero sí su responsabilidad.
Dotación policial está alerta
La Policía Nacional, ante insistentes rumores de que se produciría un atropello para llevar a cabo la cosecha de los cultivos existentes dentro de la propiedad de Cardenales SA, tiene una dotación de refuerzo destacada en la colonia María Auxiliadora a fin de intervenir en caso de que llegue a producirse la violación del mandato judicial existente sobre la finca, que establece no innovar en el sitio hasta tanto las partes en conflicto y el Indert lleguen a un acuerdo final en este conflicto por tierras.
roque@abc.com.py