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“Otro daño que puede causar la sobreelevación del embalse por encima de la cota 83 es en el aspecto de la salud pública, puede agravarlo, por ejemplo la epidemia del dengue, por lo siguiente: la ciudad de Encarnación y las áreas que la rodean tienen 200 descargas del sistema de desagüe pluvial al embalse y a los subembalses, las cuales fueron diseñadas y construidas para drenar el agua de lluvias hacia el embalse y descargar en él a la cota 83”, explicó el exjefe de Obras Complementarias de la EBY y exasesor de su Consejo de Administración.
Explicó también que si el nivel del embalse se encuentra a una cota superior a 83 msnm (en promedio 41 Cm de exceso en octubre último), “todas las descargas funcionan ‘ahogadas’, en mayor o menor grado, dependiendo de la mayor o menor sobreelevación del embalse”.
En otras palabras, estos canales (como la que puede observarse en la foto, en este caso en Carmen del Paraná) no pueden descargar el agua que recibieron en los días de lluvia.
Debido a este deficiente funcionamiento del sistema de drenaje se forman en la parte terminal de los canales, cercanas a las estructuras de descarga, áreas de agua estancada, “que son lugares propicios para la proliferación de vectores transmisores (mosquito Aedes Aegypti) de enfermedades como Dengue, Sika, etc.”, añadió.
En Carmen del Paraná
Preguntado si Carmen del Paraná, donde observó y registró los daños que produjeron las últimas tormentas en las obras civiles del complejo, también se observa el fenómeno de canales del sistema de drenaje con agua estancada, que no pueden descargar a causa de la sobreelevación del embalse, Segovia respondió “que pasa lo mismo, e inclusive grandes áreas urbanas se inundan en días de lluvias debido a la lenta evacuación de las aguas pluviales hacia el embalse debido a esta sobreelevación”.
“Podemos afirmar que las fotos del diario ABC (publicadas los días 6 de este mes y 31 de octubre último) “muestran solo una mínima parte del problema que causa la sobreelevación del nivel del embalse, pero son más elocuentes que mil palabras. Debemos abrir los ojos a esta realidad, tomar conciencia del problema generado y actuar con coraje y patriotismo en defensa de los intereses nacionales en Yacyretá”, reflexionó el especialista.
¿Qué debe hacerse entonces? se le preguntó y su respuesta no se hizo esperar: “bajar la cota del embalse hasta el nivel que establece el Tratado. Estudiar el impacto negativo que tuvo para nuestro país que se operara con el embalse sobreelevado durante casi seis años y definir los resarcimientos compensatorios”.