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El nuevo comunicado emitido ayer revela que al contrario de lo informado por el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite, la petrolera estatal no transparenta ni exhibe sus verdaderos costos. “Petropar oculta a la ciudadanía la ineficiencia de su producción de alcohol y, por ende, esconde que está perdiendo dinero y subsidiando la venta de sus naftas, que se mezcla al alcohol al 25%”, refiere el mensaje.
Dicho aviso fue firmado por Dicapar (Distribuidoras de Combustibles Asociadas del Paraguay, cuyo titular es Blas Zapag); Apesa (Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicio - Javier Ugarriza); Capagás (Cámara Paraguaya de Empresas Fraccionadoras de Gas - Pedro Balotta) y Cadipac (Cámara de Distribuidoras Paraguayas de Combustibles - Jorge Jure).
Añade, que según planillas oficiales de Petropar, el litro de alcohol producido en la obsoleta y prebendaria planta de Troche, en realidad costó G. 6.597,04 por litro, en setiembre último. Sin embargo, agrega que la estatal, tan defendida por el ministro Leite, exhibe en su estructura de precio de la nafta “económica”, que en setiembre pasado el alcohol apenas costó G. 3.594 por litro, lo que es tildado de “falso” por los cuatro gremios citados del sector combustible.
Destacaron también, que si el titular del MIC fuera sincero, diría a la ciudadanía que Petropar está perdiendo plata y subsidiando “su populismo a costa de todos los paraguayos”.
Agregan que ese mismo populismo se tuvo en gobiernos anteriores, cuando se llegó a vender el gasoil a G. 1.000 por litro más barato que su precio en origen, que es parte de lo que se le adeuda a PDVSA, lo que igualmente criticaron en su momento, dijeron, porque la deuda será pagada por todos.
Según los datos revelados sobre el costo real del alcohol, Petropar está registrando una pérdida de entre G. 176,86 y G. 2.779 por litro, dependiendo del tipo de nafta. “Para encubrir esto Petropar genera artificialmente resultados operativos a costa de contratos leoninos, obligando a los emblemas a comprar de Petropar, con un rol de juez y parte, y en contubernio con el MIC para liberar o no las licencias de importación de sus competidores”, concluye.