Seam ordena parar excavaciones en aeropuerto, pero daño ya está hecho

La Secretaría del Ambiente (Seam) permitió la extracción de miles de toneladas de tierra del aeropuerto Silvio Pettirossi, así como una intervención artificial en el cauce del arroyo Itay, sin medidas de mitigación ambiental, y recién ahora, luego de la segunda fiscalización en la zona de obras, ordenó la suspensión de los trabajos. La decisión fue tomada ayer.

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Los “cráteres” abiertos en el predio del aeropuerto, hacia la cabecera norte de la pista, no solamente que han sobrepasado por mucho el tamaño que figura en el proyecto de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), sino que la contratista Las Residentas (CIV de Isacio Vallejos y M&T de Julio Mendoza) ha abusado con la extracción de tierra, y con estas últimas lluvias las fosas se han desmoronado y ya constituyen un peligro para los vecinos.

La situación detallada fue comprobada ayer por un equipo de fiscalizadores de la Seam, que tras observar el lugar comunicó al administrador del Aeropuerto Silvio Pettirossi, Rubén Aguilar, la decisión de suspender las excavaciones. Aguilar se negó a firmar el acta de la fiscalización, pero los técnicos de la Seam explicaron a nuestro diario que eso no afecta a la orden dada.

En total, las excavaciones más grandes son cuatro, y de acuerdo a las mediciones hechas ayer a la tarde por los enviados de la Seam, todas superan ampliamente las medidas comunicadas en su momento a la entidad rectora de los asuntos ambientales.

Según los documentos presentados por Dinac, las fosas iban a tener un ancho de 20 metros y una profundidad de 5 metros, pero ayer dos de ellas duplicaban esa dimensión, una con un ancho de nada menos que 45 metros y otra que llegó a los 39 metros. Las otras dos restantes tampoco se quedaron atrás, pues tienen una 23 y otra 29 metros de ancho.

La profundidad planeada también ya fue superada en algunos casos, con 5,5 metros, según datos proveídos por el equipo de Seam, que ayer fue encabezado por el fiscalizador Julio Marecos.

Lo más grave, sin embargo, constituyen los desbordes o desprendimientos de tierra que están ampliando peligrosamente los límites de las excavaciones hacia el barrio aledaño al lado oeste del aeropuerto, hacia Mariano Roque Alonso. Hay sectores en que el borde de las fosas queda ahora a solo 15 metros de la zona habitada, por lo que la extracción de tierra ya no puede seguir, alegaron.

Preguntados los técnicos si por qué ya no pararon las obras hace dos semanas cuando hicieron la primera verificación, dijeron que aquella vez el ancho máximo verificado fue de 19,3 metros, aún dentro del límite.

Las publicaciones de nuestro diario ya venían advirtiendo del grave daño causado al suelo del aeropuerto desde el 20 de marzo pasado, lo que generó la intervención de la fiscalía del ambiente, pese a lo cual la contratista siguió sacando tierra a marcha forzada para rellenar el terraplén de la autopista Ñu Guasu Luque-Asunción.

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