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Hasta ahora firmaron varios emblemas que participaron de la negociación, originalmente solicitada por las asociadas a Dicapar (Distribuidoras de Combustibles Asociadas del Paraguay) integradas por Copetrol, Barcos & Rodados, Petrosur, Puma y Axion Energy (ex-Esso).
El acuerdo contempla un “aporte” a Petropar de G. 32.000 millones en concepto de compra del etanol producido por la alcoholera de la estatal, en Troche, que por prebendarismo y corrupción genera el etanol más caro del mercado. Este proyecto de ley surge ante la falta de salida del alcohol, que únicamente tiene como salida a la mezcla con naftas de la estatal, que contradictoriamente posee una ínfima venta en el mercado. Fue ahí que impulsaron el proyecto monopólico a favor de Petropar, cuyo estudio en el Senado fue postergado para marzo próximo.
No obstante, el acuerdo entre Petropar y las firmas privadas está ya a punto de concluir. El pacto tendrá vigencia por un año, y las compras serán por unos G. 32.000 millones, por la adquisición de 20 millones de litros del etanol, que es aproximadamente el excedente de alcohol de la planta de Troche que no tiene colocación en este momento.
Los emblemas se vieron forzados a suscribir este pacto, a pesar de tratarse de un mal negocio, por tratarse de un “problema social” de Petropar, y de esta forma creen que estarían colaborando, y limando también las asperezas generadas con el Gobierno luego del enfrentamiento por el proyecto de ley monopólico, impulsado por el Ejecutivo. El precio que pagarán los sellos será de G. 1.600 más elevado, ya que las mismas venían adquiriendo este combustible para la mezcla con sus naftas, en solo G. 3.200 por litro, que es la tarifa promedio del mercado, con relación a las alcoholeras privadas. Sin embargo, los sellos terminarán pagando G. 4.800 el litro de etanol.
Aceptan un mal negocio
Los sellos privados que suscribirán este acuerdo compran el etanol producido por la planta de Troche de Petropar a un precio muy superior de mercado, de hasta G. 1.600 más por litro, lo que implica un mal negocio impuesto para “limar asperezas” con el gobierno.