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Tras más de diez años de neto crecimiento, el número de beneficiarios de estos microcréditos cayó a 195 millones en 2011, contra 205 millones registrados el año anterior, según un informe del movimiento Campaña de la cumbre del microcrédito recogido por la agencia noticiosa AFP.
Este descenso, el primero desde el inicio de las estadísticas en 1997, se explica principalmente por la caída de la cifra de beneficiarios en India.
Tras haber constatado suicidios entre los beneficiarios, las autoridades del estado indio de Andhra Pradesh (sur) acusaron a los prestamistas de explotar a las personas más vulnerables, al otorgarles préstamos a tasas exorbitantes y empleando prácticas violentas para cobrar su dinero.
Esta crisis provocó una baja en la cantidad de microcréditos otorgados en el país, según el informe.
“Si una institución que presta se concentra en su propio crecimiento, y no en el bienestar de sus clientes, podemos encontrarnos con préstamos que hacen que la situación financiera de sus clientes sea peor a largo plazo”, destaca el documento.
Los microcréditos nacieron en Bangladesh de la mano de Muhammud Yunus, cuyo banco Grameen, dedicado a prestar pequeñas sumas de dinero a los pobres para montar un negocio, le valió el Premio Nobel de la Paz en 2006.
Desde entonces, este tipo de préstamos se han convertido en un modelo económico de referencia en el mundo para luchar contra la pobreza y el desempleo.
Cerca del 89% de los beneficiarios más pobres de estos microcréditos viven en Asia.
En Paraguay
En nuestro país, 5 de cada 10 personas que obtienen financiamiento aseguran que el acceso a microcréditos les ha permitido la recuperación de la esperanza de un cambio y la reconstrucción de su autoestima, facilitando esto una actitud positiva y el acceso a más bienes de consumo, entre otros, según revela una investigación recientemente realizada por docentes de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).